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La planta de Mercedes Benz en la capital alavesa, la principal industria vasca que da empleo directo a 4.500 trabajadores, quiere estar preparada en las mejores condiciones posibles para aspirar a los nuevos modelos de furgonetas que evolucionen las actuales Vito y Clase ... V y para responder a las continuas fluctuaciones en las demandas de los mercados. «Fortalecer» el actual marco de flexibilidad es una premisa para la dirección y ayer, según ha podido saber EL CORREO, trasladó al comité una propuesta para introducir un nuevo turno de producción los fines de semana y festivos en la factoría automovilística, donde ahora se trabaja únicamente los sábados por la mañana. El planteamiento de la empresa, enmarcado en la negociación del convenio, implicaría la incorporación de entre 800 y 1.000 nuevos operarios para cubrir la fabricación en esos días concretos.
La capacidad actual de producción en la planta es de 170.000 furgonetas, una cifra a la que nunca se ha llegado. El récord se alcanzó en 2017 con 150.000 y la previsión para este año es incluso inferior, de 140.000 unidades. Pero las expectativas, sobre todo a largo plazo con la llegada del nuevo modelo, son de crecimiento. Y para 'romper' ese techo y acercarse a producciones de 180.000 o 200.000 vehículos -son cifras que ya se empiezan a manejar en la fábrica- se precisa ir más allá de los tres turnos actuales.
producción a tres turnos
Generar ese cuarto equipo «es una propuesta», reconocen fuentes de la multinacional en Vitoria, con la premisa de «estar preparados para poder producir todos los posibles vehículos que puedan venir» y atender a «todo tipo de cliente, sin dejar escapar ni un pedido». La dirección reconoce que los éxitos de Mercedes en Vitoria han sido fruto de los acuerdos de flexibilidad alcanzados con la parte social en los últimos años. Pero ahora cree que hay que «modificar» el marco actual para «mejorar la capacidad de respuesta» a la demanda del mercado, tal y como trasladó en la presentación de su plataforma de convenio.
Este nuevo modelo que ahora se plantea ya lo tienen implantado otras fábricas de automóviles en España como la de Citroën en Vigo o las de Renault en Valladolid y Palencia. Son equipos para fines de semana y festivos con nutrida presencia de jóvenes en busca de un primer sueldo compatible con sus estudios. El funcionamiento de ese equipo y la manera de cubrir la producción en esos días -mañana y tarde o a tres turnos- está aún por desarrollar dado que la negociación del convenio con el comité acaba de empezar. Pero sí que los responsables de Mercedes plantearon a los representantes sindicales que los nuevos 800 o 1.000 operarios trabajarían entre un 50% y un 75% de la jornada laboral habitual.
Tampoco se ha planteado el tipo de contrataciones ni las condiciones económicas para esas incorporaciones, pero algunos sindicatos ya reclamaban ayer que «el incremento de flexibilidad que se nos propone no puede ser a coste cero, tiene que ser compensada de alguna manera por la empresa». La producción durante los fines de semana y festivos «no puede ser remunerada de igual forma que un lunes o un martes». Y el aumento de fabricación de furgonetas -el fin último de la empresa y por el que plantea el nuevo turno- «no puede repercutir solo en beneficio de la empresa sino también en el colectivo de trabajadores».
La incertidumbre del momento actual, generada por la pandemia y por la volatilidad en los mercados, contrasta en la planta de Mercedes con las expectativas a futuro. Aspira a ser la «más atractiva en costes, productividad y flexibilidad para conseguir que Daimler adjudique a la factoría de Vitoria el nuevo programa productivo que evolucione a las actuales furgonetas Vito y Clase V. Pero sin cerrar la puerta a otras gamas ni por supuesto al nuevo vehículo impulsado por hidrógeno.
De ahí que, tal y como adelantó EL CORREO la semana pasada, la multinacional pretenda acometer una profunda transformación en sus procesos de producción con una inversión próxima a los 800 millones de euros y poder así garantizar carga de trabajo para al menos los próximos veinte años con la llegada del nuevo modelo.
Esta ambiciosa renovación que se plantea contempla actuaciones en toda la cadena de producción con una nueva nave de pintura y adaptaciones en las líneas de montaje bruto y final. La inversión multiplicaría por cuatro el desembolso que la multinacional hizo en 2014 para la fabricación en serie de las actuales Vito y Clase V, que entonces ascendió a 190 millones.
Todo ello forma parte del futuro. El presente pasa por recuperar el ritmo de producción. Una vez que parece consolidado el programa operativo de 140.000 furgonetas para este año, la empresa ha decidido recuperar hasta 400 eventuales. Se incorporarán en junio y estarán al menos hasta octubre. Esa cifra de trabajadores coincide con la de contratos que no fueron renovados entre diciembre y enero de 2020, cuando expiraba su fecha de conclusión. Entonces Mercedes tomó esa decisión «por la necesidad de ajustar la capacidad operativa ante la caída de producción».
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