La dirección de Mercedes, la principal industria vasca con 4.500 trabajadores, trasladó ayer al comité de empresa su propuesta de negociación de convenio sin determinar aún los años de duración. Pero en el arranque de este periodo de encuentros con la parte social la ... compañía sí puso sobre la mesa algunas de sus intenciones con el propósito de «responder a los objetivos que tiene Daimler para sus plantas en el mundo –entre otros, reducir en un 25% los costes fijos–» y hacer de la de Vitoria una fábrica «atractiva donde invertir para asegurar la producción de vehículos y el futuro de la plantilla actual y de próximas generaciones».
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La congelación salarial durante toda la vigencia del convenio –el anterior fue de cinco años, para el periodo 2016-2020– es una de esas propuestas unida a la eliminación del concepto de antigüedad así como de los pluses por trabajar los sábados o la reducción de otros pluses y dietas en un 20%.
En materia de flexibilidad, la compañía plantea modificar el actual marco con distintas alternativas de modelos de trabajo «para mejorar la capacidad de respuesta ante las altas fluctuaciones en las demandas del mercado». Así, propone una semana laboral de seis días con turnos los fines de semana –dos el sábado y el domingo por la noche–;o bien una semana de seis días con dos turnos a diez horas cada uno con lo que se eliminaría el de noche; o una semana laboral de cinco días de lunes a viernes con dos o tres turnos de trabajo y un cuarto turno especial para fines de semana y festivos. También propone un aumento de la jornada anual en cuatro días.
Los sindicatos rechazaron ayer esta propuesta que, según ELA, «recorta derechos sociales y laborales» y es «una broma de mal gusto y una falta de respeto para la plantilla». La empresa «describe una situación catastrófica ante la cual el futuro de la planta pasa por recortar condiciones laborales». ELA cree que «es hora de alterar el guión que la dirección tiene escrito» y apuesta por la «movilización social de la plantilla» como sucedió en marzo cuando «se paralizó la producción ante la falta de medidas sanitarias» en la primera ola del Covid.
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UGT, por su parte, cree que la postura de Mercedes es «antagónica» con lo que defiende el comité y prevé «un camino largo y duro para llegar a un acuerdo satisfactorio para todos». En el anterior convenio la negociación también arrancó en febrero y concluyó con éxito en diciembre cuando firmaron UGT, CC OO, Ekintza y PIM un convenio de eficacia general para toda la planta.
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