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La falta de determinados componentes como los semiconductores o los problemas con las materias primas que desde hace meses están teniendo un impacto considerable entre los fabricantes de coches en todo el mundo, van a provocar la próxima semana una parada de producción inédita en ... la principal industria vasca. La planta de Mercedes Benz en Vitoria suspenderá la actividad por la escasez de algunos suministros y dejará de ensamblar en esos cinco días alrededor de 3.500 furgonetas de los modelos Vito y Clase V. Sin embargo, la dirección mantiene el programa operativo del ejercicio con el mismo número de unidades, 148.600 -cerca del récord de 150.000 del año 2017-, ya que tiene previsto recuperar la producción los sábados.
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Hasta la fecha, la factoría vitoriana había sido capaz de sortear esta crisis de los chips asiáticos y otras piezas, y apenas tuvo que parar dos sábados en marzo y otro día en mayo. Toda una excepción en la industria de la automoción nacional. Pero en las últimas semanas la situación había comenzado a agravarse. Además de semiconductores procedentes de China o Taiwán, faltaban también las lentes traseras o las botoneras de plástico en las que se encajan los elevalunas y que llegan de Alemania.
Y aunque la producción se mantenía, de la cadena de montaje salían cada vez más vehículos sin terminar que no podían ser entregados a los clientes. De hecho, las campas que rodean a las instalaciones de Mercedes en Vitoria se han llenado de furgonetas inacabadas, acumulándose entre 1.500 y 2.000 en algunos momentos. Incluso en los últimos días la compañía había empezado a trasladarlas a unos terrenos cerca del polígono industrial de Araia, en el municipio alavés de Asparrena, por falta de espacio junto a la planta de la Avenida de los Huetos.
Esta parada de cinco días en la fábrica más importante de Euskadi -representa el 5% del PIB vasco, tiene alrededor de 5.000 trabajadores pero genera un empleo indirecto de otros 30.000 puestos, y cuenta con unos 600 proveedores- coincidirá en el tiempo con otras suspensiones de actividad en el sector. Por ejemplo en Volkswagen en Pamplona, que no tendrá producción lunes, martes y viernes próximos. Las plantas de Renault en Valladolid, Palencia o Sevilla, de Seat en Martorell, de Ford en Almussafes o del grupo Stellantis en Vigo (antigua PSA Citroën-Peugeot) también están haciendo ajustes o cancelaciones de producción, e incluso aplicando ERTE. Es una crisis en la cadena de suministro de la que es difícil adivinar su final.
La parada en Mercedes-Vitoria será asumida con cargo a las bolsas de horas que todavía tienen los trabajadores de las líneas de pintura y montaje bruto y final, y una vez agotadas esas cinco fechas de parón en la producción aún tendrán un margen de ocho días. Con lo que por el momento no se habla de plantear un expediente de regulación temporal de empleo en la fábrica, a pesar de que el grupo Daimler en Alemania sí acaba de anunciar dos ERTE en las plantas germanas de Rastatt (Baden-Wurtemberg) y Bremen por necesidades productivas derivadas de la crisis de los semiconductores.
La actividad en la factoría vitoriana debería retomarse el lunes 28 de junio, aunque ese extremo no está asegurado ni mucho menos y existe el convencimiento entre los trabajadores de que «esta parada puede ir para largo». Incluso la propia compañía automovilística, en su comunicado interno a la plantilla, habla de la «alta incertidumbre existente» y de «falta de visibilidad a corto plazo» por el contexto actual del mercado de materias primas.
Y será el próximo jueves día 24 cuando los máximos responsables de Mercedes en Vitoria trasladen a la representación sindical y al colectivo de trabajadores sus planes más inmediatos: bien seguir con la parada la siguiente semana o retomar la producción al haber conseguido esas piezas que ahora impiden a la planta terminar sus furgonetas.
La suspensión de la actividad en la factoría llega en un momento de nuevas incorporaciones, tanto de los eventuales como de los denominados 'holiday workers'. Todos ellos recibirán la próxima semana la formación 'en parado', dado que la cadena de montaje no estará operativa.
Y también en esos días se puede retomar la negociación del convenio entre la dirección y el comité, que se bloqueó en la primera reunión a finales de abril. Portavoces sindicales consideran «curioso» que se active la mesa «cuando la plantilla está en casa». La compañía siempre ha expresado su intención de tener un acuerdo cerrado en junio, porque en julio Daimler adjudicará nuevos modelos de furgonetas en sus diferentes plantas «y en la fábrica de Vitoria tenemos que posicionarnos como la mejor opción y la más atractiva para aspirar a esos productos».
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