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La factoría de Mercedes-Benz en la capital alavesa volverá a parar su producción el próximo lunes, día 21, por la persistente escasez de microchips que está golpeando a la planta desde hace meses y que amenaza con alargarse durante todo el año. La actividad ... se reanudará el martes 22 y se prolongará hasta el viernes 25, pero no se trabajará el sábado 26. Así lo comunicó este jueves la empresa, que vuelve a achacar la cancelación a la «incertidumbre existente respecto al suministro de piezas para la fábrica».
La compañía transmitió a la parte social en su reunión de este jueves que prevé seguir teniendo «grandes complicaciones» con los componentes también en los meses de abril y mayo, agravadas ahora por la huelga de transportistas, los nuevos brotes de Covid en China y la posible afectación a un proveedor de la planta por el terremoto ocurrido el miércoles en Japón, apuntaron fuentes sindicales.
La factoría vitoriana, la mayor industria vasca con 5.000 trabajadores, recurrirá a una medida excepcional para poder retomar la producción el martes. Ante la falta de semiconductores, se procederá a desmontarlos en algunas de las más de 400 furgonetas que estaban ya finalizadas pero que al ser para clientes de Rusia no han podido enviarse debido al bloqueo al país por la guerra. Esos componentes que se desmonten se colocarán en otros vehículos, lo que permitirá mantener activa la cadena de ensamblaje. Eso sí, esta solución no se va a poder aplicar más que la semana que viene por su sobrecoste en montaje y desmontaje, según explicó la empresa a los representantes de los trabajadores.
La suspensión de la actividad el próximo lunes, que se suma a los parones que la fábrica lleva encadenando en las últimas semanas por falta de semiconductores (no se ha trabajado este pasado lunes ni el martes), será la primera con cargo al ERTE aprobado en la fábrica. Esto supone que los trabajadores se quedarán sin cobrar ninguna compensación salarial, ya que el expediente de regulación se firmó con el rechazo de los sindicatos al complemento del 80% ofrecido por la empresa. Para tratar de evitarlo, la compañía propuso a la parte social una ampliación de la bolsa de flexibilidad de 7 días, pero con la condición que la medida fuese avalada por una mayoría del comité.
Pese al ofrecimiento de la dirección, la propuesta no salió adelante al ser rechazada por una mayoría sindical formada por UGT, ELA, LAB y ESK. Su actitud fue censurada por las centrales Ekintza y PIM, las únicas que junto a CC OO apoyaban la medida. Las organizaciones que se opusieron a la propuesta «quieren que la plantilla sufra absurda y gratuitamente perdiendo el dinero que tanto esfuerzo le cuesta ganar, es inaudito», reprochó Ekintza. PIM criticó que «ni siquiera lo han querido discutir».
Las partes también abordaron una nueva sesión de la negociación del convenio, herramienta clave para el futuro de la fábrica, donde se volvieron a tratar aspectos como el 'Modelo V' (el nuevo turno de fines se semana y festivos). Las conversaciones continuarán en una nueva reunión el próximo martes 22.
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