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No habrá Santo Tomás en Bilbao y tampoco en San Sebastián. Ambos ayuntamientos suspendieron ayer, y por segundo año consecutivo, la tradicional feria del día 21 para impedir que las posibles aglomeraciones sirvan para multiplicar los contagios en un contexto de altísima transmisión comunitaria. En ... Vitoria, sin embargo, ni el Consistorio de Vitoria ni la Fundación Vital -organizadora del mercado del día 23 en la plaza de España- tienen claro qué van a hacer con los distintos eventos previstos. Su decisión no llegará hasta la próxima semana y atenderá a las últimas recomendaciones del Departamento vasco de Salud.
Pero hay muchas cuestiones que diferencian a Santo Tomás del tradicional mercado de la capital alavesa y que invitan a pensar que no se tomará una decisión calcada. En Bilbao y Donostia existe la tradición de consumir 'in situ', mientras que en Vitoria abundan los puestos de productores para llevar a casa. De hecho, la capital alavesa celebró en 2020 este acto en la víspera de Nochebuena, aunque con un férreo protocolo para reducir la transmisión del patógeno.
Cuando hace varias semanas, la asociación Gasteiz On decidió suspender Ardoaraba con una situación epidemiológica mucho más benévola que la actual, el alcalde Gorka Urtaran ya avisó que «habrá eventos que tendrán que adaptarse, aplazarse o suspenderse», aunque esto último sólo se contempla en situación extrema de contagios. Portavoces del Departamento municipal de Cultura, uno de los principales organizadores de las actividades navideñas, aseguraron a este periódico que la decisión definitiva tendrá que esperar hasta conocer la tasa epidemiológica de la próxima semana. De momento, se mantienen en pie las cabalgatas de Olentzero y los Reyes Magos.
La iniciativa de las otras dos capitales vascas se barruntaba desde que el Departamento de Salud prohibió hace un par de semanas a los ayuntamientos y entidades organizar actos masivos en los municipios con una incidencia de más de 150 casos y especialmente aquellos en los que se coma y se beba, porque la ingesta favorece a que se relaje el uso del protector buconasal «incrementando el riesgo de divulgación del virus».
Aspiraba a ser la primera celebración multitudinaria desde que se iniciara la pandemia y una llamada a escenificar la vuelta de una actividad social totalmente normalizada, pero el auge de la pandemia vuelve a exigir prudencia. Y es que la tasa de contagios ahora se ha vuelto a disparar en los principales municipios de la comunidad. En Bilbao permanece en 376 casos por cada 100.000 habitantes; 937 en San Sebastián y 808 en Vitoria.
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