El Mercado navideño de La Florida se cierra con éxito de público y «casi todo vendido»

Para muestra, un botón: el de María del Mar Frías. Se le ilumina la cara cuando se le pregunta por cómo ha ido la cosa. «La semana de Olentzero estuve en Amurrio, y vendí una sola pieza a una persona», relata. Siete jornadas después, en la capital alavesa, «me voy a ir con casi todo vendido», sentencia. Esta comerciante, oriunda del municipio del valle de Ayala, usa productos naturales para hacer ropa en un proceso completamente manual: todo lo elabora ella desde que coge los pigmentos naturales «en el monte» hasta que salen las prendas, hechas de seda, lino o el material natural que haya elegido para cada una. Detrás de cada pieza hay muchas horas de trabajo, pero su proceso productivo ha cautivado a los vitorianos estas Navidades. También a los turistas, aunque «ellos miran más».

La de María del Mar ha sido su primera vez en el parque vitoriano. Martina López de Heredia también se ha estrenado este año. Esta joven de 23 años no deja de sonreír en ningún momento. Su puesto de joyería ha funcionado «muy bien» durante los diez días que ha estado abierto. «Los anillos siempre se venden muy bien», explica mientras contempla su colección, completamente hecha a mano por ella. «Lo primero que me pregunta la gente es si lo hago yo», confiesa.

Si puede, no duda de que 'Martina Jewelry' volverá el año que viene, pero tras estos días tiene pensado «descansar». «Ahora hasta primavera y verano me dedicaré a los encargos que se me hagan y a la venta online y por Instagram, que funciona muy bien».

Ayala Villate ha llenado el mostrador de la Librería Anegón durante estos últimos días con libros y juguetes. Se va del puesto «muy contenta». «La gente no ha sido tacaña. Lo que le gustaba, lo ha comprado», confiesa. De las dos semanas en las que ha estado -se perdió la de Navidad-, Villate resume lo que es una sensación general entre los comerciantes: «La de Reyes ha sido la mejor semana; ha habido mucho movimiento».

No todo son sonrisas. Hay quienes no han tenido tanta suerte. Raúl San Vicente, en el puesto de '8 Noches', esboza una mueca al hacer balance. «No se ha dado bien. Mucha gente ha mirado, pero no se ha llevado nada», lamenta. Sus dos puntos fuertes, el incienso y las casas de pájaros que vende, no han funcionado como esperaba. «Y ahora vienen enero y febrero, que son dos meses que suelen ser muy malos hasta Semana Santa», comenta.

Por eso, no tiene claro si volverá a este mercado navideño en la próxima edición: «Son muchos días, mucho dinero... No tengo claro que compense». A pesar de todo, admite que es «muy cómodo» tener el puesto ya montado, a diferencia de otras ferias donde mandan las prisas.