Agresión sexual en Vitoria
Una menor, víctima sexual de su abuelo: «Aún escucho el sonido de su cinturón desabrochándose»Secciones
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Agresión sexual en Vitoria
Una menor, víctima sexual de su abuelo: «Aún escucho el sonido de su cinturón desabrochándose»Todavía le quedan dos años para alcanzar la mayoría de edad. Cuando otros adolescentes andan preocupados por sus notas escolares, de cómo aparecen en sus redes sociales o del compañero ese tan mono de clase, esta joven encadena ingresos en el psiquiátrico y vive pendiente ... de los médicos. Cuenta 16 años y dos experiencias traumáticas, de esas que te marcan para siempre. Su padrastro se encuentra en prisión desde primavera condenado por abusar de ella durante meses. Ayer miércoles, su abuelastro compareció en la Audiencia Provincial de Álava acusado de someterla sexualmente en su coche aparcado en un garaje comunitario en 2016, cuando era una niña de ocho años y medio.
Esta adolescente, una chica normal a simple vista, se derrumbó un par de veces durante su declaración en la sala de vistas. No obstante, sacó fuerzas de flaqueza para explicar los «recuerdos borrosos» de la presunta agresión sexual. Si bien no recuerda los detalles exactos, sí padece flashes habituales. «Aún hoy escucho el sonido de cuándo se desabrochaba el cinturón».
Un vecino vio al adulto en los asientos traseros del automóvil, un Fiat Punto. Creyó que era un ladrón y alertó a la Ertzaintza. Los agentes que se entrevistaron con el ahora acusado le sacaron alguna contradicción. Adujo que quería cambiar la pegatina de la ITV, que se había traído de Portugal días atrás. Y respecto a su bragueta desabrochada lo enmarcó en que había miccionado en un bar cercano. Pero como la pequeña corroboró su versión, el tema quedó ahí.
Ocho años después, esta víctima contextualizó su silencio aquel mediodía. «Me dejó tan traumada que no conté nada. Escuché cómo mintió a la Policía y agarré esa mentira porque tenía miedo de que no me creyeran», dijo ayer.
Calló hasta 2021, cuando ingresó en el Psiquiátrico por los abusos sexuales de su entonces padrastro. Ahí se abrieron dos causas penales paralelas. El que fuera novio de su madre acabó condenado y ahora pena una larga condena. La Fiscalía, a cargo de Fidel Cadena, y la acusación particular, el abogado Jesús Aberasturi, confían en que este investigado siga el mismo camino. Le consideran autor de una «agresión sexual a menor de 16 años». Y le piden un mínimo de 12 años y medio en prisión, una petición mediatizada a la baja por la ley del 'sólo sí es sí'. La letrada de la defensa, Leyre Apiñániz, solicitó la absolución de su cliente, que niega hasta haberse sentado en los asientos traseros.
Cabe recordar que este hombre llegó escoltado por la Ertzaintza. Lleva en la cárcel de manera preventiva desde el 25 de julio, cuando la Policía lusa lo entregó en la frontera de Badajoz. Cumplió la orden de búsqueda internacional por no presentarse a la vista original, fijada el 8 de mayo. Si es condenado, estos cuatro meses entre rejas para asegurarse su presencia en el Palacio de Justicia le serán descontados.
Los expertos de la Unidad de Valoración Forense Integral secundaron la versión de esta chica, con un intento de suicidio confirmado. «Es absolutamente normal que sólo tenga recuerdos parciales». Hablaron de su «daño social. Ha tenido que salir del domicilio familiar, ha sufrido un colapso vital, se ha recluido y se ha dañado su vínculo con su madre y su abuela», pormenorizaron ante la atenta mirada de los magistrados Francisco García Romo –el mismo que firmó la condena del padrastro de esta chica–, Elena Cabero y Ana Zulueta.
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