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Domingo, 24 de enero 2021, 14:05

Modo oscuro

Una tradición del siglo XVIII que se altera por primera vez desde 1947

La entrañable rifa de San Antón, la fiesta más popular de Vitoria tras La Blanca y la romería de Olárizu, ha pasado por distintas vicisitudes desde su creación por la cofradía de San Antonio Abad en la iglesia de San Pedro en 1781. A lo largo de los años en varias ocasiones se llegó a suspender o aplazar la fecha del sorteo – 17 de enero– sobre todo por exigencias que tenían que ver con el pago de impuestos, algo contrario a su sentido benéfico. Lo recaudado lo recibía la propia cofradía, luego participaron del reparto el hospital y cinco congregaciones religiosas femeninas, más tarde se entregaba al Hospicio y por último, cerrado éste, a la Residencia San Prudencio. Ha tenido que irrumpir el Covid-19 para hacer saltar por los aires una tradición que, tal y como la disfrutamos hoy, con un amplio programa, data de 1947. Este 2021 nada de lo conocido se celebró, salvo la extracción de las bolas en la residencia y no en el Ayuntamiento. En un excelente trabajo de José María Bastida, ‘Txapi’, sobre la rifa en Youtube, se apunta a ese año como el de la vuelta del sorteo al salón de plenos al cabo de un tiempo que los premios se hacían coincidir con la Lotería Nacional. Antes, en plena Guerra Civil, en el 37, la rifa se recuperó después de décadas y se montó la que hoy conocemos: pasacalles, bendición del cerdo y vísperas en San Pedro, sorteo y soconusco en la plaza de España.

ARCHIVO MUNICIPAL DE VITORIA-GASTEIZ. ARQUÉ
La entrañable rifa de San Antón, la fiesta más popular de Vitoria tras La Blanca y la romería de Olárizu, ha pasado por distintas vicisitudes desde su creación por la cofradía de San Antonio Abad en la iglesia de San Pedro en 1781. A lo largo de los años en varias ocasiones se llegó a suspender o aplazar la fecha del sorteo – 17 de enero– sobre todo por exigencias que tenían que ver con el pago de impuestos, algo contrario a su sentido benéfico. Lo recaudado lo recibía la propia cofradía, luego participaron del reparto el hospital y cinco congregaciones religiosas femeninas, más tarde se entregaba al Hospicio y por último, cerrado éste, a la Residencia San Prudencio. Ha tenido que irrumpir el Covid-19 para hacer saltar por los aires una tradición que, tal y como la disfrutamos hoy, con un amplio programa, data de 1947. Este 2021 nada de lo conocido se celebró, salvo la extracción de las bolas en la residencia y no en el Ayuntamiento. En un excelente trabajo de José María Bastida, ‘Txapi’, sobre la rifa en Youtube, se apunta a ese año como el de la vuelta del sorteo al salón de plenos al cabo de un tiempo que los premios se hacían coincidir con la Lotería Nacional. Antes, en plena Guerra Civil, en el 37, la rifa se recuperó después de décadas y se montó la que hoy conocemos: pasacalles, bendición del cerdo y vísperas en San Pedro, sorteo y soconusco en la plaza de España.
La entrañable rifa de San Antón, la fiesta más popular de Vitoria tras La Blanca y la romería de Olárizu, ha pasado por distintas vicisitudes desde su creación por la cofradía de San Antonio Abad en la iglesia de San Pedro en 1781. A lo largo de los años en varias ocasiones se llegó a suspender o aplazar la fecha del sorteo – 17 de enero– sobre todo por exigencias que tenían que ver con el pago de impuestos, algo contrario a su sentido benéfico. Lo recaudado lo recibía la propia cofradía, luego participaron del reparto el hospital y cinco congregaciones religiosas femeninas, más tarde se entregaba al Hospicio y por último, cerrado éste, a la Residencia San Prudencio. Ha tenido que irrumpir el Covid-19 para hacer saltar por los aires una tradición que, tal y como la disfrutamos hoy, con un amplio programa, data de 1947. Este 2021 nada de lo conocido se celebró, salvo la extracción de las bolas en la residencia y no en el Ayuntamiento. En un excelente trabajo de José María Bastida, ‘Txapi’, sobre la rifa en Youtube, se apunta a ese año como el de la vuelta del sorteo al salón de plenos al cabo de un tiempo que los premios se hacían coincidir con la Lotería Nacional. Antes, en plena Guerra Civil, en el 37, la rifa se recuperó después de décadas y se montó la que hoy conocemos: pasacalles, bendición del cerdo y vísperas en San Pedro, sorteo y soconusco en la plaza de España.
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