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1975
La Federación Alavesa de Judo desplegó el tapiz sobre el suelo polideportivo de Landázuri para la celebración del I Festival de la Liga Infantil de Interclubes el 17 de mayo de 1975. Decenas de jóvenes practicantes vestidos con el clásico kimono y el cinturón de ... color acorde a sus progresos hicieron las delicias del público asistente, que disfrutó de una animada velada sabatina de artes marciales. El programa se abrió con el desfile de los seis equipos participantes -Corazonistas, El Pilar, Fujiyama, San Ignacio, San Viator y Vitoria-. Hubo un primer enfrentamiento entre una selección infantil y judokas del Vitoria, con triunfo del combinado por cuatro combates a uno, declarándose nulos otros tres. Los maestros Gerardo Poncela y Antonio Bello realizaron seguidamente una exhibición de judo nage-no-kata (formas de lanzar) y el propio Gerardo con su hermano Julio ofreció más tarde otra demostración de itsutsu-no-kata (cinco técnicas). Siete juveniles, seis del Judo Club Vitoria y uno de «Coras», se enfrentaron todos contra todos resultando vencedor José Olalde (Vitoria), que ganó sus seis combates. Las actuaciones más aplaudidas resultaron ser la protagonizada por el karateca Óscar Calvo con el rompimiento de maderas y ladrillos (en la foto) y la del pequeño Juan Recalde. Después llegó el momento de las proclamaciones. La liga infantil se la llevó el Vitoria con el San Viator en segundo lugar, a Juan Uriarte (El Pilar) se le designó como mejor judoka del campeonato y A. Aguirre, del San Ignacio, fue premiado por obtener la mejor puntuación en el torneo.
1959
La prolongación de la calle General Álava desde Dato hasta Los Fueros se remató en su confluencia con Independencia con una fuente luminosa que hacía las veces de rotonda de circulación (en la imagen, el tapiado y por donde discurre el carro están al final de ese nuevo tramo). La apertura de la segunda parte de la céntrica vía, con la que se pretendía favorecer el tránsito de peatones y vehículos, y el surtidor se inauguraron una hora antes del inicio de las fiestas el 4 de agosto de 1959. De allí, tras el acto, partió la comitiva municipal y cientos de vitorianos al Chupinazo y el tercer descenso de Celedón en la plaza de España. Para mayor realce de la luminaria, el Ayuntamiento pidió a la Cofradía de la Virgen Blanca que variara el recorrido de la Procesión de los Faroles y transitara por ese lugar ya de noche, lo que así se hizo. La fuente ajardinada tenía cinco metros de diámetro y 313 chorros distribuidos en tres círculos concéntricos (192, 96 y 25 desde el exterior al central respectivamente) y empleaba 80.000 litros a la hora a través de un circuito interno que garantizaba un consumo insignificante. Solo se perdía el agua que se volatilizaba o se evaporaba, según su constructor Agustín Dorsch, de la empresa madrileña Agudor, S.L., un alemán con raíces alavesas. Los tubos fluorescentes que la embellecían eran verdes, rojos, blancos y azules. Cada dos minutos se lograban hasta 88 combinaciones lumínicas. Aunque se aseguró que la glorieta «es un derroche de buen gusto y un gran acierto que dice mucho de la modernización de nuestra ciudad», lo cierto es que se pasó del asombro a tenerla por un estorbo en poco tiempo. En junio de 1965 se desmontó por considerarla un obstáculo para el tráfico.
1936
Alfredo Esquide reprodujo a máquina un texto de 'Lecturas Vascongadas' a razón de 328 pulsaciones por minuto, hasta un total de 4.917 en un cuarto de hora, que le valieron para distinguirse como el mecanógrafo más rápido en el primer campeonato alavés. Celebrado el 10 de mayo de 1936, el jurado lo tuvo claro entre los 32 aspirantes al reconocimiento, consistente en una copa donada por el presidente de la República, cien pesetas de la caja de ahorros municipal y un diploma de la Unión Taquigráfica Alavesa. Los hábiles teclistas tuvieron que cumplir unas severas normas. Sus máquinas de escribir quedaron en custodia por la organización hasta el inicio de la prueba y tanto la obra como los párrafos de ella sujetos a reproducción fueron elegidos al azar poco antes de que arrancara el tecleado. Una semana después se desarrolló el campeonato de taquigrafía, este más restrictivo. Solo se presentaron 16 concursantes, capaces de escribir entre 120-130 o 140-150 palabras por minuto durante los cinco que duró el dictado de un texto del 'Diario de Sesiones' a cargo de un profesor. Luego tuvieron dos horas y media para traducir lo escrito. Domingo Garay lo bordó. Sin ninguna falta grave, fue el mejor en la categoría superior. La otra quedó desierta. En la foto, los participantes posan en el paraninfo de la Escuela de Artes y Oficios.
1967
Los mozos del reemplazo de 1967, nacidos en 1947 y llamados a incorporarse al servicio militar a lo largo de 1968, pasaron por la Casa Consistorial de Vitoria el 19 de febrero para someterse al preceptivo reconocimiento médico. Los 794 futuros reclutas, a los que se sumaron otros doscientos pendientes de años anteriores, se pusieron ante la talla, se subieron a la báscula y se dejaron medir el perímetro torácico aquella mañana de lunes. El baloncestista Carlos Luquero, por entonces jugador del KAS, destacó por su portentoso físico ante los sargentos talladores y los facultativos que le examinaron (en la foto se le mide el pecho en reposo). Su 1,94 de estatura superó por dos centímetros el listón usado para ajustar la altura de los jóvenes y fue, desde luego, el más alto de los alistados. También pesó 105 kilos y su tórax en la fase de inspiración dio 114 centímetros. Aunque hubo algún compañero de mili que superó ambos registros, en el cómputo de los tres el fornido jugador se distinguió como el más grande. Al año siguiente, cuando le tocó la instrucción en Araca, Luquero se encontró con que no había uniforme caqui para él en el vestuario del cuartel. Hasta que le procuraron uno de su medida, se dejó ver por los barrancos vestido con un pantalón gris y una chaqueta de punto azul.
1913
Lo mejor de la ganadería alavesa asombró al público y se sometió al veredicto de la comisión técnica del concurso que se celebró en Salvatierra el 8 de octubre de 1913, día grande de las fiestas de la Virgen del Rosario. En la villa alavesa coincidieron aquella mañana ganaderos de la Llanada y otras localidades con tratantes, vecinos y forasteros, entre estos muchos vitorianos que se subían al tren en la estación del Norte para acercarse a contemplar la animada y muy tradicional feria agrícola. Se presentaron 81 lotes entre ganado caballar, el más numeroso con 36 cabezas; mular, vacuno, porcino y lanar. El director de la Granja Modelo, Victorino Odriozola, comandó el comité de sabios integrado por representantes de la Diputación, con su presidente Benito Yera a la cabeza; el consejo provincial de Fomento, el Sindicato Agrícola Alavés y técnicos de la escuela de mejora de Arcaute. Al final se repartieron 32 premios con uno especial de 125 pesetas al mejor caballo semental. Salvatierra llevaba en fiestas desde el día 5. Especialmente concurridas fueron sus dos corridas con el popular torero 'Gitanillo chico' y el no menos conocido subalterno 'El chico de la voz'. También fueron muy visitados los puestos de venta de todo tipo de artículos para el campo, como los de la foto, de cacerolas y mantas junto al desaparecido Café y Ultramarinos Alberto Merino, en la plaza de San Juan.
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