Secciones
Servicios
Destacamos
Edición
1968
En calidad de campeón del grupo guipuzcoano de Tercera, el Alavés obtuvo plaza para disputar la promoción de ascenso a Segunda como colofón a la temporada 1967-68. Le tocó en suerte el Plus Ultra madrileño en la primera de las dos eliminatorias que tenía ... por delante. El 26 de mayo de 1968 se jugó el partido de ida en Mendizorroza, que registró una gran entrada, entre 7.000 y 8.000 espectadores de acuerdo a las estimaciones periodísticas, casi lleno para el aforo que tenía el viejo estadio. En la fotografía de Arqué se observa la expectación que levantó el encuentro, que empezó bajo amenaza de lluvia hasta que poco después descargó una imponente granizada. Los pupilos de Iñaki Izaguirre tuvieron que aplicarse para remontar el 0-1 visitante. Blanco igualó antes del descanso y Baroja puso en ventaja al Glorioso en la eliminatoria con el 2-1 anotado a siete minutos del final. Con tan exiguo resultado se presentó el Alavés al domingo siguiente, 2 de junio, en el campo del Borrachero. Aupado por mil seguidores, el equipo, que estrenó indumentaria -camiseta blanca y calzón azul-, sufrió de lo lindo. El Plus Ultra le dio la vuelta al emparejamiento con un 2-0 al inicio de la segunda mitad. Dos goles de Rojo, el definitivo en el minuto 79, equilibraron el tanteador y clasificaron al Alavés para el asalto definitivo ante el Portuense.
1941
Lo de menos fueron los cientos de árboles que las rachas de fuerte viento arrancaron de cuajo en Vitoria y localidades del norte de Álava. También quedaron en anécdota finalmente las interrupciones en las líneas eléctricas, telefónicas y telegráficas ocasionadas por un huracán que entre los días 15 y 16 de febrero de 1941 hizo estragos a su paso por la provincia, aunque nada en comparación, pese a la extensa relación de daños, con las tragedias humanas que dejó en Santander y Zumaya (Guipúzcoa). Lo peor aquí, en Amurrio, tuvo que ver con la muerte también de una mujer como consecuencia de la tempestad que se desató la tarde del sábado y se prolongó durante el resto del fin de semana. Muy cerca, en Arceniega, se desprendió parte de la cubierta del santuario de Nuestra Señora de la Encina y al este, en la Llanada Alavesa, en Estíbaliz, se desplomó la espadaña del templo románico. Los efectos del ciclón se dejaron sentir especialmente en la capital. Nueve personas fueron asistidas en el Cuarto de Socorro del Hospital de Santiago Apóstol por golpes y traumatismos varios, todos de carácter leve. El viento dañó el campanario de los Carmelitas, la Azucarera Alavesa, el aeropuerto General Mola y dos edificios en Beato Tomás de Zumárraga. Además de tejas desprendidas de los tejados, se contabilizaron hasta 330 árboles derribados por el viento en el término municipal de Vitoria. En la imagen, uno atravesado en el parque de La Florida, en la trasera del viejo instituto, hoy Parlamento vasco.
1961
Situada en la línea férrea Madrid-Hendaya, también Madrid-Irún, Vitoria recibió la noche del 27 de noviembre de 1961 un nuevo modelo de Talgo que circulaba a prueba por las vías que comunican la capital de España con el norte para comprobar su correcto funcionamiento antes de aceptar pasaje en sus compartimentos. La locomotora 'Virgen de Montserrat' del prototipo bautizado como 'RS-3 Estíbaliz', que tiraba de cuatro vagones prácticamente vacíos, hizo su entrada en la Estación del Norte, al final de la calle Dato, a eso de las ocho de la noche. Solo unos pocos viajeros iban en su interior, en su mayoría técnicos de la empresa ferroviaria, entre ellos José María de Oriol, hijo de José Luis, impulsor con Alejandro Goicoechea del tren articulado ligero que modernizó el ferrocarril español a partir de los años 50 del siglo pasado. El convoy experimental estuvo estacionado apenas unos minutos antes de emprender la marcha hasta Irún. Al día siguiente, el Talgo de tercera generación hizo el camino a la inversa y de nuevo paró en Vitoria, en este caso sobre las once de la mañana, momento que recoge la fotografía de José María Parra. Algunos curiosos aprovecharon la circunstancia para acercarse a la estación y comprobar en directo las maniobras de un tren más rápido, cómodo y seguro, con un centro de gravedad tan bajo que reducía notabilísimamente el riesgo de vuelco. Hubo un tercer viaje de prueba del transporte sobre raíles por la capital alavesa el 29 de noviembre de hace 61 años.
1964
Son varias las calles de Vitoria que cambiaron de denominación a lo largo de los años por razones diversas, aunque predominaron las políticas. Poner o quitar el nombre a una vía pública era -y sigue siendo- asunto del Ayuntamiento y en particular, de su alcaldía. La que se conoce como avenida de Gasteiz, de las más transitadas por su amplitud, hoy recorrida por el tranvía y dotada de un palacio de congresos de fachada ajardinada, no siempre se llamó así. De hecho, ni siquiera se cumplen cincuenta años de su último bautismo. Antes fue del Generalísimo Franco, término que adoptó el 31 de enero de 1964. Muerto el dictador, el 31 de julio de 1979 se acordó su actual título, aunque los vitorianos la conocen simplemente por 'La Avenida'. Ignacio Díaz Olano, en su primer tramo y en homenaje al pintor; e Hilarión San Vicente, por el contratista que la inició, fueron otras de las primitivas denominaciones de una trama que arranca en portal de Castilla y se extiende hasta la plaza de la Constitución. Pero justo antes del de Franco tuvo otro nombre, impersonal, desconocido, el de gran vía Eje Norte-Sur, por ser la calle que unía (y une) la entrada a la ciudad desde Bilbao con la salida a Madrid, cuando no existía la circunvalación. La foto es de entonces -la publicó EL CORREO el 7 de febrero de 1964-, previa al Plan de Ordenación Urbana que intervino en la zona para adaptarla a los nuevos tiempos. Tomada en el cruce con Beato Tomás de Zumárraga, con el puente de Castilla al fondo, muestra a la derecha la desaparecida factoría de 'La Meta'.
1914
La penosa vida entre rejas se animó al menos unas horas en la cárcel celular de la calle La Paz de Vitoria el 23 de abril de 1914 con la celebración de una ceremonia religiosa, la degustación de un rancho extraordinario por la población reclusa y el obsequio de unos cigarrillos a los condenados. El censo de penados era aquel día de 51 personas -39 hombres y 12 mujeres- en la céntrica prisión, modélica entonces por ser la primera en España que distribuyó a los presos en celdas individuales. La penitenciaría alavesa, terminada de construir en 1859, introdujo un sistema carcelario que pretendía garantizar un trato personal y humanizante al reo y cerraba las puertas a las mazmorras hacinadas, insalubres y humillantes de antes. Lo que se festejó aquella mañana de jueves en el presidio fue la Comunión Pascual, mandamiento de la Iglesia consistente en comulgar una vez al año. Un coro de quince presos (en la foto) dirigido por Cándido Martín Lagar con música de órgano entonó varios motetes durante la misa, a la que asistieron también autoridades y distinguidas damas de la sociedad local. Después de tomado el sacramento e impuesto el escapulario de la Virgen del Carmen, los reclusos, que habían estrenado uniforme reglamentario, pasaron a una galería donde dieron cuenta de un menú especial costeado por las devotas y cocinado por el café Suizo: sopa de fideos, cocido de garbanzos con carne, chorizo y tocino, cordero asado, galletas, vino y cigarros. En un aparte, los invitados al acto degustaron dulces y licores.
¿Ya eres suscriptor/a? Inicia sesión
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Publicidad
Publicidad
Noticias recomendadas
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.