Miguel Gutiérrez-Garitano posa junto a un ejemplar de su libro. Igor Aizpuru
Miguel Gutiérrez-Garitano, explorador y escritor

«Los mediocres y los pringados son el combustible de la yihad»

El escritor alavés publica 'Hay dragones', un libro que recopila sus vivencias en el Irak del auge y caída del Estado Islámico

Lunes, 1 de mayo 2023, 00:24

Miguel Gutiérrez-Garitano (Vitoria, 1977) comenzó sus viajes inspirado por Manuel Iradier. Las últimas dos décadas le han llevado a rincones como Brasil, el Ártico, el Sahara Occidental o Irak. A este último país, donde recaló mientras el ISIS sembraba el terror, dedica el escritor ' ... Hay dragones'. Un libro que busca revelar las miserias humanas, los 'dragones' que, como en el Medievo, se mostraban en los mapas como monstruos en los puntos más recónditos del mundo.

Publicidad

- ¿Qué dragones halló en Irak?

- El dragón obvio es el Estado Islámico. Pero el verdadero dragón es ese incendio anímico del alma humana, ese momento en que el odio se enseñorea de las personas y se despersonaliza totalmente al de al lado.

- ¿Cómo se puede respaldar una idea tan cruel como la del ISIS?

- Es humano. Aquí ha habido tiros en la nuca al que opinaba distinto. También en época de Franco había un campo de concentración en Miranda. Pero esto ya es otro nivel. Esto se ha retransmitido. Esto era el ser humano en su peor versión. El chaleco bomba es la mayor derrota del ser humano.

- Recuerdo de sus charlas con víctimas el caso de un soldado kurdo que se había quedado a cargo de dos niñas de cristal

- Estaba en el mayor pozo de desesperación: con una familia de ocho miembros, enfermos, en un campo de refugiados, viviendo en una choza… Pero sonreía. Con niños implicados, a mí se me encogía la garganta. Soy muy frío, pero todavía me dan ganas de llorar.

Publicidad

- ¿No le da miedo volver 'tocado' de sus viajes?

- No lo sé. Puede que esté un poco loco ya. A veces soy muy frío para los momentos de peligro. Pero, inevitablemente, salvo que seas un miserable, lo que ves te hace mella. Fíjate, me está haciendo más mella conforme más mayor soy.

- ¿Por qué?

- Porque estoy procesando cosas de muchos años y me vienen imágenes y escenas concretas.

- En su obra mucha gente se excusa en que había milicianos occidentales. ¿Cómo se explica que alguien se marche a luchar con el Estado Islámico?

Publicidad

-Eso no se explica. Yo puedo entender, que no justificar, a un iraquí que le hayan violado a su hermana. Pero muchos eran extranjeros que vivían en París, en Kuwait, en familias ricas… Bin Laden era un niño bien de Arabia.

- ¿Pero de dónde salen?

- Los mediocres son la carne de cañón, quienes cortan cabezas o se inmolan. Y esos suelen ser unos pringados. Quienes van son pobres hombres a los que les ha ido mal en la vida y que culpan a sus vecinos de sus desgracias. Eso lleva a un punto en el que la vida deja de tener sentido.

Publicidad

- Y ahí es donde aparece el ISIS

- Entonces aparece un imán salafista que te dice 'No te valoras. Tú no eres el pringado de un barrio de Córdoba o un delincuente de poca monta metido en la droga en un barrio de Londres. Eres un guerrero resplandeciente de Alá que estás acabando con el imperio de los infieles'.

- Suena muy fuerte

- Es como si nos dicen que vamos a ser Ricardo Corazón de León. Un rey cruzado. Te enseñan vídeos de gloriosos guerreros de la yihad y de repente piensas 'Quiero hacer esto'. La yihad ilumina a un pringado; le da sentido a una vida que no lo tiene. Y ese es el combustible de la yihad.

Publicidad

- ¿Relaciona el ISIS con el mayor rechazo a los migrantes que se ve en la calle?

- Estereotipó al inmigrante. Lo criminalizó.

Guerra en Ucrania

«Yo soy de los que defienden mandar más armas. Europa se juega su estabilidad»

- Lo dice en pasado. ¿Sigue existiendo hoy ese fenómeno?

- Sí. El inmigrante es la víctima propiciatoria perfecta para construir un relato. Estamos en tiempos de populismo y el populismo echa toda la culpa de lo que sufre a un colectivo. Hay un grupo que usa al inmigrante para eso. Otros hablan, yo que sé, de casta. El populismo simplifica fenómenos e intenta dar soluciones mágicas, simples, falsas.

- Y dentro de todo eso, ¿cómo mira a Euskadi?

- Pues quizá es la excepción, el oasis. Aunque siempre queda algo, creo que estamos en el mejor momento desde que tengo uso de razón. Están peor otros lugares de España: Madrid, Cataluña…

Noticia Patrocinada

«Potencia invasora»

- Acaba de estar en Ucrania. ¿Qué ha visto allí?

- En cierto modo, ha pasado lo mismo que en Irak, pero es muy diferente. Ni los Wagner son como el Estado Islámico. Es una invasión de una potencia a un país. Lo curioso de la guerra en Ucrania es que la potencia invasora se vende como la víctima. Eso yo no lo he visto nunca.

- Hay desde quienes defienden que Occidente no inmiscuirse en la guerra hasta quienes proponen mandar más armamento

- Yo soy de los segundos. Hay un bulo que se ha repetido como un loro y es que es Estados Unidos quien se juega algo. Esta es una guerra en la que Europa se juega su estabilidad, se juega no partirse en mil pedazos. Creo que los gobernantes lo han entendido.

Publicidad

- ¿Cómo es un día en Bajmut?

- Frenético. Para un periodista el riesgo es la carretera. Está siendo continuamente bombardeada por drones, por artillería. Allí me he encontrado a niños viviendo en sótanos, jugando allí… otros son mayores y otros están esperando a los rusos con sus hijos. Eso me parece terrible, porque, aún sintiéndote ruso… ¿van a respetar a tus hijas de 15 años porque tú digas que eres partidario de Putin? El día a día es un infierno.

- ¿Qué planes tiene tras Bajmut?

- Voy a volver a Ucrania con una ONG para ayudar a los obreros de las centrales eléctricas. Queremos llevar formación, botiquines… Esa gente es clave para salvar muchas vidas: mantienen la electricidad, el calor. Luego aprovecharé para escribir y hacer algo parecido al libro de Irak.

Este contenido es exclusivo para suscriptores

Accede todo un mes por solo 0,99€

Publicidad