Los médicos piden a los enfermos de virus respiratorios que usen mascarilla

Esta ausencia del protector buconasal se da también entre la mayoría de personas que piden cita en sus centros de salud en las últimas fechas. Pocos, por no decir contados, son los usuarios que emplean la máscara. Y eso que muchos de ellos se presentan a ver a su médico con tos, fiebre o mocos. Síntomas compatibles con la gripe, el covid o el Virus Respiratorio Sincitial (VRS), todos ellos microorganismos con una tasa de contagios ascendente en las últimas semanas.

Desde el Sindicato Médico de Euskadi (SME) piden a la población vasca un ejercicio de «responsabilidad», que hagan uso de lo aprendido durante la pandemia y recuperen el hábito de colocarse la mascarilla cuando estén constipados o con trancazo y se encuentran en un lugar cerrado que compartan con otras personas. Les piden que se la pongan en el transporte público o la oficina. Y más aún si acuden a un centro sanitario.

«Estamos en un momento en el que la patología respiratoria está disparada. Hay muchos virus respiratorios circulando al mismo tiempo. Antes estaba todo más controlado con la mascarilla, pero ahora le hemos perdido el miedo al coronavirus y la gente ya no la usa aunque esté enferma, cuando debería hacerlo por solidaridad con el resto de personas que le rodean para evitar contagiarlas», indica Mikel Herrero, delegado del SME y médico de familia en el centro de salud de Leioa.

El facultativo explica que los ambulatorios no son ajenos a la situación de presión asistencial que se da estos días en las Urgencias de la mayoría de hospitales de Osakidetza. «Estamos muy tensionados. Tenemos que atender a entre 40 y 50 pacientes cada día, muchos de ellos afectados por virus respiratorios. A esto se suman las vacaciones de los compañeros para gastar los días pendientes antes del final de las navidades y las bajas por enfermedad que no se cubren», detalla.

Esta situación de alta presión asistencia y carencia de profesionales «ha pasado de ser puntual años atrás a convertirse en estructural. Se repite todos los años cada vez durante temporadas más largas». Consecuencia de todo ello son las demoras para ser atendido por el médico de familia. Para una consulta no urgente Herrero apunta que la espera media ronda «una semana», aunque en alguno centros de salud puede ser mayor y en otros menor. Unos retrasos, indica, que se extienden ya a otros ámbitos de los ambulatorios como es el de las extracciones o la comunicación de resultados de diferentes pruebas.

El portavoz del Gobierno vasco, Bingen Zupiria, se refirió ayer a la saturación de las Urgencias que se ha dado en «casi todos los hospitales vascos» durante los pasados días. El dirigente aseguró que el pico de pacientes de estas fechas «no era fácil de prever» y lo atribuyó a la conjunción de varios factores: los «brotes» de distintos virus respiratorios al mismo tiempo, la alta movilidad e interacción social de la población durante el puente, las vacaciones de la plantilla y la falta de médicos en algunas especialidades.