Una masterclass de Rafael García Santos para preparar la mejor tortilla de Álava

Hay muchos pintxos, pero ninguno como el de tortilla de patata, que podría considerarse el rey de todos. Nueve hosteleros de Álava han competido este martes para pasar a las finales del Concurso de la Mejor Tortilla de Patata de Euskadi. Pero antes de eso, Rafael García Santos, crítico gastronómico, ha impartido a los semifinalistas una masterclass de tortilla de patata para que los concursantes puedan «aclarar sus dudas». Los impulsores de este certamen, el primero que se celebra a nivel del País Vasco, son el crítico gastronómico García Santos y Aitor Lexartza, experto en el tema (@tortibilbao), que han contado con la ayuda de diferentes instituciones de la comunidad.

El objetivo de este concurso, según asegura Lezartza, es «crear comunidad, conocernos entre nosotros y a parte de darle importancia a la tortilla, también darle visibilidad a los establecimientos que las prepara». Además añade que, a pesar de que este pintxo sea muy conocido en Euskadi y haya «una calidad muy buena, todavía no hay ninguna vasca que entre en el top 5 de las mejores tortillas de España, y con este tipo de concursos también queremos conseguir eso».

Durante la clase, García Santos ha explicado cómo preprara él la tortilla de patata. Midiendo cada ingrediente gramo a gramo, con una precisión quirúrgica. También les ha querido desvelar pequeños secretos o consejos para que los tuviesen en cuenta. «Cubrimos totalmente de aceite las patatas y la cebolla y las dejamos hacer a fuego muy lento, durante 2 horas y media, para que la cebolla quede confitada, pero no caramelizada. Aunque el sabor de la cebolla caramelizada sea muy bueno, cuando se mezcla con el resto de ingredientes hace que pierdan protagonismo».

Aunque se puedan seguir los consejos de un gran crítico, cada establecimiento y su tortilla es de su madre y padre. Raul Rubio, dueño del Bar Txiki, cuenta que él y su hermana, que también lleva el negocio, «seguimos el testigo de mi madre. La preparamos como ella lo hacía: patata frita, jugosa, grosor normal y de normal sin cebolla». Cuenta que para él participar en este concurso y estar entre los nueve semifinalistas «es un regalo», pero que si llegase a ganar «sería un homenaje a mis padres».

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