Secciones
Servicios
Destacamos
Edición
Mateo Balín
Madrid
Jueves, 3 de septiembre 2020
El exministro del Interior Rodolfo Martín Villa compareció este jueves ante la juez argentina que instruye la querella de víctimas de los crímenes del franquismo. En un despacho del consulado del país sudamericano en Madrid, el dirigente en los gobiernos de la Transición fue interrogado ... por videoconferencia por la magistrada María Servini. Está investigado por su presunta responsabilidad en varios episodios sangrientos ocurridos entre 1976 y 1978.
En concreto, se le atribuyen delitos de genocidio y crímenes de lesa humanidad por las cinco muertes en un desalojo policial durante una huelga en Vitoria en lo que se ha conocido como los sucesos del 3 de marzo; el asesinato de un joven en Madrid por parte de los Guerrilleros de Cristo Rey tras una marcha pro amnistía; o el operativo policial en la plaza de toros de Pamplona durante unos Sanfermines, que dejó un fallecido.
En Vitoria, el hecho más luctuoso de entre aquellos cuya responsabilidad se le atribuye desde los colectivos de víctimas, cinco obreros murieron por disparos de la Policía Armada el 3 de marzo de 1976. Como es conocido, los trabajadores estaban celebrando una asamblea obrera en una iglesia del barrio de Zaramaga de Vitoria cuando las fuerzas del orden desalojaron el templo haciendo uso de fuego real.
Es uno de los principales episodios por los que, tras un constante trabajo de colectivos como Martxoak 3, que agrupa a las víctimas alavesas, la jueza Servini ha dado el paso de tomar declaración a Martín Villa. Sobre los hechos de Vitoria, que tuvieron lugar cuando era ministro de Relaciones Sindicales, precisó que su intervención se produjo después, no antes, del desalojo policial que causó las muertes y consistió en adoptar medidas para evitar que hubiese más violencia.
El exministro ha admitido que en Vitoria «ciertamente hubo graves errores, y comportamientos policiales contrarios al respeto a los derechos de las personas», pero «una cosa es comprender el dolor de las víctimas y la necesaria reparación y otra es aceptar un relato de lo ocurrido, que lleva a afirmar incluso que en la Transición española hubo delitos de genocidio y crímenes de lesa humanidad».
El querellado calificó de «monstruosa» la acusación de que en la Transición «hubo un genocidio». «Fue justamente lo contrario. Antes de las elecciones de 1977, por primera vez en muchos años, no quedó un solo preso político en las cárceles españolas ni un solo español exiliado en el mundo», dijo.
Al respecto, añadió que «pudo suceder que los policías y guardias civiles que causaron muertes lo hicieran por obediencia debida a decisiones mías. No fue así, y puede comprobarse que mis instrucciones y las del Gobierno buscaron evitar que se produjeran muertes por actuaciones policiales». «Lo que no podía suceder -continuó - y no sucedió es que en la Transición existiera, como afirma la querella, un plan sistemático, generalizado, deliberado y planificado de aterrorizar a españoles partidarios de la forma representativa de Gobierno a través de la eliminación física de sus más representativos exponentes».
La juez Servini tiene ahora diez días hábiles para acordar su procesamiento, decretar el archivo provisional o pedir una prórroga para reclamar nuevas pesquisas.
La declaración del querellado llegó con polémica. Primero porque la causa fue abierta en 2010, luego por las trabas impuestas por las autoridades españolas para colaborar y, en último término, por el escrito de apoyo a Martín Villa enviado a Servini por 19 personalidades políticas y sindicales. En esta lista están los expresidentes Felipe González, José María Aznar, José Luis Rodríguez Zapatero y Mariano Rajoy. Todos ellos, claro está, alabando su papel para que no descarrilase la transición a la democracia. También ha levantado polvareda los testimonios a su favor de cuatro exdirigentes sindicales de UGT y CC OO.
Para las víctimas, este jueves fue muy importante, ya que podría cambiar la tradicional inacción de las autoridades y de la judicatura española, «basada en el olvido, la amnesia y el silencio», y parapetadas en ese muro infranqueable de la ley de amnistía de 1977. Andoni Txasko fue uno de los cien heridos en la intervención policial de Vitoria de 1976, perdió un ojo y y lamentó que nadie fuera juzgado por estos hechos, al igual que el resto de violentos episodios denunciados por sus afectados.
El exministro del Interior durante los gobiernos de la Transición, Rodolfo Martín Villa, ha desvelado este viernes una maniobra de la fiscal general, Dolores Delgado, para permitir que la Justicia argentina le interrogase ayer por su presunta responsabilidad penal en varios episodios sangrientos ocurridos entre 1976 y 1978, en los que hubo 12 fallecidos.
El expolítico de 85 años se ha referido a la «torpeza» de Delgado cuando decidió dejar sin efecto una orden firmada por su antecesora en el cargo, Consuelo Madrigal. Un escrito que se instaba al fiscal jefe de Madrid a oponerse a la tramitación de comisiones rogatorias relacionadas con la causa abierta en Argentina sobre los crímenes del franquismo.
En una entrevista en la Cadena Cope, Martín Villa se ha mostrado «contrario» al criterio de Delgado aunque ha asegurado que la circular de la fiscal no le «afecta». «Porque, con acierto o sin él, me he acogido desde el principio a la Justicia argentina», ha señalado. Para el exministro la circular de Madrigal era la «justa». «Y lo dice quien tiene la autoridad de quien no se quiso amparar en eso. No me he querido amparar en la aplicación de la ley de la amnistía ni quise hacerlo en la del genocidio, pero eso es así», ha afirmado.
Así, ha explicado que la posición que él hubiera mantenido «siendo ministro o juez» hubiese sido la de que los «hechos han prescrito» y que la Ley de la Amnistía «está vigente». La decisión de Dolores Delgado es, según Martín Villa, «una torpeza» que le provoca «dolor». «No porque me sienta afectado, sino porque va en el camino contrario en el que se debe ir», ha reconocido.
En relación a su imputación, el exministro ha insistido en que los sucesos por los que prestó declaración ocurrieron hace 40 años. «Tengo 86 años. Si me meten hasta los 92 no se como llegaré», ha bromeado.
¿Ya eres suscriptor/a? Inicia sesión
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Fallece un hombre tras caer al río con su tractor en un pueblo de Segovia
El Norte de Castilla
Publicidad
Publicidad
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.