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De la heroicidad de Agustina de Aragón a la excepcionalidad de la Marquesa de Montehermoso (Tolosa, 1784 - Carresse, 1869). María del Pilar Acedo y Sarriá, la amante 'vitoriana' de José Bonaparte, ocupa la conferencia que este martes ofrece la doctora en Historia del Arte Francisca ... Vives dentro del ciclo 'El entorno femenino, una presencia ignorada pero imprescindible durante la ocupación francesa (1808-1813)' (aula Dendaraba, 19.30 horas).
-¿Qué tiene de fascinante la figura de la marquesa?
- Yo diría de singular. Quizás la gente se ha quedado tan solo con la marquesa amante de José Bonaparte y una afrancesada. Pero es una mujer que vivió muchos años (85) y los que pasó en Vitoria fueron poquísimos. Se fue con 29 y no volvió. Era una mujer inteligente, capaz, con una formación muy exquisita, aristócrata e ilustrada, a lo que se suman sus capacidades personales, su carácter.
- ¿La ha tratado la historia con justicia?
- Su personalidad no es muy conocida. Hasta lo que yo sé, lo poco que la historia ha hablado de ella tiene que ver con la Guerra de la Independencia, como querida de Bonaparte y afrancesada. Es lo único, y creo que hay en ella otras muchas facetas muy interesantes.
- Su biógrafo Alexis Ichas se refiere a «una mujer de contrastes».
- Diría que fue una mujer de carácter que desde el primer instante supo lo que quería. En esos momentos en los que había un grupo, los afrancesados, que aspiraban a una renovación política en España, ella buscó ese cambio. Después de la guerra, cuando pudieron regresar, fue consecuente, no volvió jamás.
- Para muchos fue, simplemente, la amante de José I durante la ocupación napoleónica de España, una mujer que traicionó a su país. Dos siglos después sigue imponiéndose lo frívolo de su existencia.
- En parte se debe a que miramos a la historia con la mentalidad de hoy. Hay que entender la historia con la mentalidad de entonces. Evidentemente, la marquesa fue singular por tratarse de la amante del rey intruso, pero había muchísimas otras mujeres y hombres en los siglos XVIII y XIX infieles a sus parejas. En las clases altas era lo habitual. Este caso es singular precisamente por ser la querida de quien fue.
- Su primer marido, Ortuño de Aguirre, estaba al corriente del adulterio. ¿Por qué lo aceptó?
- Él sacaba ventaja, pero es que ella... lo buscó, buscó el poder a través de ese camino. De acuerdo a la documentación, hay muy poco que te incline a pensar que por su parte fue un amor verdadero. Y por parte de Bonaparte, no, aunque una relación de afecto, sí.
- Políglota, pianista, pintora, poetisa... Una mujer ilustrada.
- Sus contemporáneos -militares, pensadores, políticos- hablan de su nivel, de que con ella se podía hablar de casi todo. Lo de la pintura, la música y el baile era propio de la educación aristócrata. Aunque lo debía hacer en un grado excelente.
- El recuerdo que queda en Vitoria se limita al palacio, que fue sede de la corte francesa, también del Obispado y ahora centro cultural propiedad del Ayuntamiento. ¿Es suficiente memoria?
- El palacio es una parte de la ciudad de la que no se tiene especial conocimiento. Desde que se levanta, todos los monarcas que pasan por España se hospedan en él y muchos franceses, también. En las actas municipales, cada vez que viene algún personal ni siquiera se molestan en recoger 'y se hospeda en el palacio de los Aguirre', antes de que fuera Montehermoso. Dicen que se alojan 'en palacio'. Es el palacio, y eso que había más en la ciudad.
- En Vitoria, Pilar no dejó nada, pero en Francia, en cambio, se distinguió como gran benefactora.
- Hizo muchas cosas por las gentes de Carrese. Tenía grandes propiedades, las cuidaba y las gestionaba; era titular de una gran fortuna. Esto te lleva a pensar que si se hubiera quedado, habría revertido en Vitoria.
- ¿No sufrió, por tanto, un desdichado exilio?
- En absoluto. Lo eligió. Su segundo marido (Amadeo de Carabène, conde de Echauz) fue nombrado caballero de la Legión de Honor de Francia, condecorado por Luis XVIII. Ella fue invitada por la reina María Eugenia de Francia, estuvo en Biarritz con Isabel II de España. Siempre creó una pequeña corte a su alrededor.
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