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No ha habido indulto para Markitos. ¿Hora de la muerte? Las siete de la tarde. ¿Causa? La combustión. ¿Motivos? Todos. Zalduondo ha vivido este domingo la tradicional quema de este señorito de ciudad, personaje central del Carnaval rural en Álava, con la que se ha ... cerrado la fiesta descontrolada de este pasado fin de semana. Las injurias que han propinado los vecinos de este pueblo de cerca de 200 habitantes contra este hombrecillo de traje y boina –que portaba, por cierto, un collar de cáscaras de huevo rojas, verdes y blancas– han arrancado a la una del mediodía.
¿Lo primero que le ha sucedido? Ha quedado empalado a un mástil frente al Palacio Lazarraga, esa especie de museo que se inauguró en 2018 para ser «uno de los corazones de la cultura vasca y alavesa», pues acoge una exposición permanente de los carnavales rurales del territorio, así como una reproducción del manuscrito más antiguo escrito en euskera o una muestra de cerámica alavesa. Ha dado igual dicho conocimiento. La exhibición estaba fuera. Y menos mal que ha hecho sol. Ha habido que aupar a Markitos a siete metros a vista de todos para, después, pasar a la acción. Los personajes de esta jarana han atiborrado su barriga y a eso de las cinco de la tarde –ya con la siesta echada y algún que otro trago de más dado–, han retomado el caos.
«A ver cómo bajan a Markitos de ahí», le ha preguntado Arkaitz a su colega Raúl. «Le tiran piedras», ha respondido sabiondo el otro. Más que piedras han sido palos. Así ha caído. Luego lo han subido a un burro guiado por un mozo de capa y sombrero y han dado un paseo por las calles de la localidad con las brujas, los porreros, las ovejas, el oso y su domador, además de los 'zanpantzarrak' (un personaje propio de la fiesta que porta sombreros de colores y agita los cencerros). Éstos han asustado a todos los urbanitas que se han desplazado a 37 kilómetros de la capital alavesa y que nunca habían visto esta tradición, aunque se celebre desde 1975 por el impulso de la asociación Ahik Kultur Elkartea y sea Patrimonio Inmaterial de la Humanidad. Estaban acostumbrados estos al color y al baile ordenado de las calles de Vitoria. En Zalduondo han contemplado confusión, y en vez de alegría, jaleos e insultos a un pecador.
En ese paseo de golpes, revolcones, susto y la máxima desorganización han marchado también camino al juicio un Barrendero con una chaqueta hecha jirones, varios Ceniceros, que esparcían las cenizas del condenado el año anterior («soy amable», se defendían ellos) y la Vieja y el Viejo, fusión de ambos progenitores, que han llorado la pérdida de su varón. Acompañados, claro, de la Banda Municipal de Araia, que ha animado la comitiva con canciones como 'Los Pintores' y no han parado de soplar hasta el final.
«Lo que no sale bien, sale mal», ha dado comienzo pasadas las seis y media de la tarde el Predicador. No ha quedado títere con cabeza y se se han mencionado desde las obras en la red de saneamiento, las elecciones municipales (tras las que se despidió el antiguo alcalde Gustavo y se dio la bienvenida a la alcaldesa Lourdes), las placas solares, la sequía o los cinco alaveses fallecidos en el pueblo el último año. «Aquí empieza la fiesta», reía Irune Pascal cuando ha empezado a escuchar la retahíla de improperios. «¡Venga Markitos, aguanta!», han pedido con ternura los más pequeños.
Después de cada maldición, se ha escuchado una cencerrada como aplauso. Ese ruido ha resonado en especial cuando se ha aludido a la agricultura, un sector que estalló la semana pasada con movilizaciones por todo el territorio. «Markitos, te metes con el tiempo. Lluvias torrenciales, viento huracanado, las cosechas han jodido. Y ahora también el ganado. Has traído un mosquito que las reses ha infectado y los pobres agricultores y ganaderos hasta el Gobierno han abandonado. Que conozco a varios en la zona, y nada bien lo están pasando. Y pretendes que te perdonemos, con lo mal que te has portado», ha repasado. «¡Markitos al fuego!», han clamado al final por unanimidad popular.
Este martes 13 de febrero Santa Cruz de Campezo celebrará su mascarada rural con Toribio( a las 17.30 horas) y Salcedo ha reservado el próximo sábado 17 de febrero para el Porretero (a las 19.30 horas), condenado a morir devorado por los buitres.
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