Entrevista a la autora de 'Grandes enigmas de la ciencia'

Marian Mellén: «En España reconocemos mucho más a los deportistas que a los científicos»

De alguna manera, el libro 'Grandes enigmas de la ciencia. 120 preguntas (y respuestas) sobre el mundo que nos rodea', escrito junto al conocido divulgador Luis Quevedo, bebe del interés por ir más allá de los interrogantes. Mellén, doctora con una destacada carrera como investigadora en el laboratorio de Biología Molecular en la Universidad Rockefeller de Nueva York, acude a Astrolibros.2 (12.30 horas) para presentar este volumen junto a Quevedo y Susana Martín, doctora en Química. Es necesaria la inscripción al taller pensado para niños a partir de 7 años.

- Entre esas 120 preguntas a las que se responde en el libro divulgativo hay muchas curiosidades. Para niños y niñas de 7 a 13 años, pero también para muchos adultos que tampoco saben que la inventora del libro electrónico fue una mujer gallega.

- Sí, es curioso. En la presentación hablaremos de ella, Ángela Ruiz Robles, porque hemos encontrado un archivo de Televisión Española con una entrevista real de 1970 que podrán ver. Era una mujer de pueblo, campechana y con una curiosidad científica brutal. Era maestra y en ese ámbito registra ni más ni menos que el primer libro electrónico en 1949 (llamado entonces 'Procedimiento mecánico, eléctrico y a presión de aire para la lectura de libros'. Es lo que los chavales pueden entender a día de hoy como un eBook.

- Aparece en el libro otro nombre, el de Leonardo Torres-Quevedo, el español que más inventos hizo.

- En España no somos muy de lucirnos. Así como tenemos grandes deportistas muy reconocidos mundialmente, nuestros científicos quedan un poquito atrás. Sabemos más o menos quién es Ramón y Cajal y quién es Severo Ochoa, pero no el de una de las personas que más inventos ha hecho en el mundo como es Torres-Quevedo. Es popular en Estados Unidos y conocido en todo el mundo. Fue el primero que hizo un teleférico que juntó Canadá con Estados Unidos por las cataratas del Niágara. Pero aquí está por visibilizar y alabar al igual que muchas grandes mentes.

- ¿Este libro es el que os hubiera gustado leer de pequeños?

- Efectivamente, me habría gustado compartirlo con mi familia cuando era yo más pequeña. Luis (Quevedo) y yo tenemos una hija que va creciendo y veíamos que empezaban a surgir estas preguntas incómodas pero a la vez muy interesantes sobre cómo es el mundo que nos rodea. Y se nos ocurrió juntar un montón de preguntas que considerábamos que los chavales se hacían.

- En la parte final aparecen doce científicas «sin las que el mundo no sería como lo conocemos». ¿La balanza se va equilibrando o queda mucho por delante?

- Queda bastante. En muchas áreas sí que las mujeres estamos implicadas, sobre todo en temas médicos, biomedicina... Parece que todavía está presente esta visión de cuidar del otro. Pero hay áreas más técnicas como las matemáticas, la física o la exploración espacial, por ejemplo, en las que todavía son muy minoritarias. Entonces la idea de escoger estas mujeres en el libro era llegar a las familias y sus pequeños para que sean conscientes de que están ahí.

- Y darles visibilidad.

- Cada vez que tengamos la oportunidad los científicos y las científicas deberíamos de seguir visibilizando estas mujeres. ¿Para qué? Para que la 'gráfica de la tijera' donde resulta que no hay mujeres en ciencias, especialmente en temas técnicos, desaparezca.

- La audiencia de siete 12 años debe ser exigente. ¿Cómo son las presentaciones?

- Ya van tres. Es muy exigente porque hay niños que saben mucho más y otros niños que quizá no entiendan muy bien la base de lo que les está dicho. Intentamos llegar todos esos exigentes cerebritos. El objetivo es que toda la familia se interese y tenga curiosidad científica.

- Para los autores del libro, ¿cuál es el mayor enigma por resolver?

- Luis Quevedo seguramente te diría que una de las preguntas que todavía queda muy en el aire ( nunca mejor dicho) es cómo funciona un avión. Llevamos muchos años viajando en avión, pero la idea física, la ley física exacta detrás de cómo funciona un avión, todavía está por responderse. En mi caso, me entusiasma mucho descubrir a ciencia cierta cómo lo que hacemos en nuestra vida (lo que comemos, las sustancias que tomamos, lo que respiramos...) y el entorno puede hacer que nuestras leyes y nuestro ADN pueda cambiar. Eso es lo que a me apasiona investigar y creo que queda mucho por aprender.