César Pérez Gellida compartirá sus opiniones con los lectores hoy en el Europa. E. C.
César Pérez Gellida | Escritor

«El mal llama mucho más la atención que el bien»

El ganador del Premio Nadal 2024 participa hoy en la mesa redonda que abre el Festival de Novela Negra de Vitoria

Viernes, 4 de octubre 2024, 00:19

César Pérez Gellida (Valladolid, 50 años) ha logrado lo que se propuso cuando inició su carrera de escritor: motivar al lector, 'picarle'. Tanto, que ha inaugurado una corriente, el 'gellidismo', formada por los miles de lectores, 'gellidistas', que no se pierden ni una de sus ... entregas. Lleva 14 libros publicados -novela negra con dos muy dignas incursiones en la ciencia y ficción- y el último, 'Bajo tierra seca', ganó el Premio Nadal 2024, entre otras razones por un estilo narrativo inconfundible. Gellida estará esta tarde en el Palacio Europa (19.30 horas) en una entrevista-tertulia con Jesús Camarero como uno de los actos destacados del Festival de Novela Negra de Vitoria-Negrasteiz, que se inicia hoy.

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- Será el primero en intervenir en Negrasteiz. ¿Qué temas va a abordar?

- No tengo ni la menor idea, porque estas cosas es mejor no llevar nada preparado. Yo lo que trato de hacer es crear un entorno con los asistentes en el que ellos también participen. Habrá un moderador que tendrá preparada una serie de preguntas y de la forma más cercana posible trataré de conectar con el público asistente.

- Pasó un tiempo vinculado al sector de la comunicación y el marketing. ¿Cómo surgió esa afición por la literatura?

- No había escrito ningún relato hasta que cumplí los 37 años. Tenía en mi cabeza una historia sobre la sociopatía; me empecé a interesar sobre ello y, como siempre he tenido problemas para conciliar el sueño, el método que utilizo es inventarme una historia que retomo la noche siguiente en el punto donde me he quedado dormido. El relato fue cobrando forma y un día decidí que lo iba a trabajar en el papel, sin intención de publicarlo. Pero cayó en manos de una persona que estaba muy vinculada al mundo editorial, me animó a terminarla y así fue como salió 'Memento mori'. A partir de ahí decidí que me dedicaba cien por cien a esta afición de escribir y así hasta hoy.

«Lo peor que le puede pasar a una trama es que se pueda anticipar la intriga»

- Más allá de la literatura, ¿esa afición por las novelas negras dónde surge?

- Es el género que más he leído. No quiere decir que no consuma otros, pero la novela negra es lo que más me divierte escribir por la estructura, el ritmo y esas dos posibilidades tan divertidas como son tratar de engañar e incomodar al lector, que son dos de mis objetivos principales cuando me planteo escribir una novela.

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- ¿Por qué?

- ¿Por qué no? Así lo he decidido. Creo que en una novela negra tienes que conseguir que el lector se remueva por dentro y que lo que tú le estás contando le lleve algún tipo de reflexión, le genere emociones... En mi caso lo que hago es buscar la sorpresa a través de un personaje principal que muere, algo que no se espera... Que un párrafo le haga apretar los dientes. Pero también hay que medirlo. No puede ser que en cada página el lector se sienta incómodo. Tienes que dosificar para conseguir ese equilibrio que uno busca entre el entretenimiento que tiene cualquier lectura y el hecho de poder provocar emociones.

- No hay que ir muy lejos ni buscar escenarios inventados para encontrar localizaciones trascendentes para sus novelas. ¿Qué tiene de especial la Extremadura del siglo XX, que es el escenario de su última novela?

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- Reúne los requisitos que yo estaba buscando para encuadrar una historia que tenía que tener una atmósfera muy hostil. Y en aquella época del principio del siglo XX, toda la España rural era un ambiente muy hostil, en especial Extremadura. Además, tenía algo que le distingue, que es el caciquismo. Eran los ingredientes que necesitaba para generar esta atmósfera tan hostil y encajar un relato donde podía llevar a los personajes a una zona donde estuviera ese caldo de cultivo que yo necesitaba para desarrollarlos.

- ¿Y esas características de esa localización ya de por sí eran suficientes o tuvo que introducir cierta imaginación?

- No, no, es muy real. No hacía falta más que lo que ya había en esa España de principios de siglo en la Extremadura rural. Tenía los condicionantes que yo necesitaba. De hecho, he querido ser bastante fiel a las condiciones sociales, políticas y económicas de la época, para que el lector hiciera ese viaje en el tiempo, sin hacer que la trama fuera densa, pero sí con los datos necesarios para que situarle.

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- ¿Es difícil distinguirse entre escritores de novela negra?

- Es difícil distinguirse entre escritores en general. A estas alturas todas las historias ya se han contado, y seguramente se hayan hecho mejor de las que uno puede imaginar. La clave está en que uno tiene que tener su sello propio. En mi caso se suele hablar de 'gellidismo' como una forma diferente que define mi estilo. ¿Y qué lo define? Pues la estructura y la influencia audiovisual que tienen mis novelas, en las que el lector consigue meterse muy rápido en la historia y ser uno de los protagonistas de la trama.

«Quiero que el lector se remueva por dentro, que llegue a alguna reflexión o se emocione»

- ¿Y huir de los tópicos? ¿Cómo lo hace?

- No sé si lo consigo, aunque lo intento porque uno trata de no repetirse. Para mí lo difícil no es tanto huir de los tópicos del género, sino hacerlo de mí mismo. Tengo publicadas 14 novelas, y cada vez que planteo un capítulo, una escena, tengo que verificar en mi cabeza que eso no lo he escrito ya unas mil veces. Es lo que más me dificulta el trabajo,pero también me hace ser más innovador a la hora de plantear esa escena que quiero que viva el lector.

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- Si hubiese un ingrediente secreto o principal para un relato de intriga, ¿cuál diría que es?

- Ingredientes secretos hay pocos, porque la fórmula de la Coca-Cola solo funciona en los refrescos. Pero en los relatos de intriga, desde luego que el suspense tiene que estar sostenido desde las primeras páginas hasta el final. Eso es un requisito. Conseguirlo no es nada sencillo; tienes que mantener esa incógnita abierta, alimentarla, hacer unas derivaciones para que el lector no se anticipe a los acontecimientos, que es lo peor que puede pasar en una novela de intriga.

- ¿Hay mucho trabajo previo antes de ponerse a escribir o construir la historia?

- Depende de cada novela. En el caso de 'Bajo tierra seca' sí que ha existido una labor previa de documentación bastante ardua, porque necesitaba contar con esos datos y con esos hechos que hicieran que el lector pudiera viajar conmigo en el tiempo. Pero hay otras novelas en las que el oficio del escritor y el hecho de llevar tantos años escribiendo sobre investigación criminal, ese bagaje que uno tiene, le facilita mucho el proceso. En mis primeras novelas recuerdo tener que leer muchos manuales de criminología, ciencias forenses y documentarme hasta el extremo para tener la seguridad de que lo que yo estoy escribiendo forma parte de la realidad. Sé que lo que hacemos los escritores es ficción, pero si tiene un pozo de realidad consigues que el lector empatice de forma más directa con los personajes y viva la historia con más intensidad.

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- Allá donde haya muertos siempre es un atractivo para la gente. ¿A qué cree que se debe?

- El mal llama mucho más la atención que el bien. Todos somos capaces de entender actos bondadosos de la gente, pero nos cuesta mucho entender los atroces. No entendemos la conducta de esas personas que terminan cometiendo esos acciones tan brutales, tan alejados de lo que se entiende que debe ser la humanidad.

«Los hechos reales ayudan a indagar en la conducta del ser humano y el público lo demanda»

- Perdóneme el tópico, pero ¿la realidad supera a la ficción? ¿No hay que irse muy lejos para crear historias rocambolescas?

- Es un tópico que funciona muy bien. Cualquier noticia de nuestro día a día, de la página de sucesos, nos conmueve y podría ser germen de una novela, de una serie o película. Pero fíjese si supera la realidad a la ficción, que hay muchas veces que no podríamos contar actos que suceden en la realidad porque son tan increíbles que superan la capacidad de entendimiento del lector. Enseguida se desconectaría de la historia por creer que es demasiado rocambolesca. Hay hechos que han ocurrido en la geografía española que resultan tan increíbles que no tendrían cabida en la ficción.

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Literatura con mayúsculas

- ¿La novela negra tiene el prestigio que merece dentro de los géneros literarios?

- Ahora mismo es el género más leído en este país, el prestigio le sobra. Hace unos años era un género que podía estar denostado porque no se consideraba literatura con letras mayúsculas, pero yo creo que eso el lector lo ha anulado completamente porque el lector al final es el que manda. Y resulta que el thriller o la novela negra es el género más demandado en nuestro país.

- El director David Pérez Sañudo está trabajando en un largometraje sobre Sacamantecas, un violador y asesino en serie. ¿Qué opina del 'true crime'?

- Me parece fantástico que se trabaje. Es algo que están demandando también los espectadores a nivel audiovisual. Además considero que es una oportunidad para indagar mucho en la conducta del ser humano. El 'true crime' está basado siempre en hechos reales, en acontecimientos que han protagonizado nuestros vecinos, amigos, familiares... Es algo que está ahí latente y que escritores y cineastas tienen que explotar.

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