Magia para el cine
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begiart ·
Un espacio comisariado por un comité de expertos para mostrar el trabajo de nuestros creadores silenciado por la pandemiaHay que saber contar historias, incluso para deslizar otra trama por debajo de lo evidente. También es importante ser hábil en llevar al público a enfocar su atención en detalles importantes o nimios, según interese mostrar o despistar. Otra cuestión es tener la opción de ... una sorpresa final, incluso redoblada, para poner la guinda a la labor.
Todo esto podría aplicarse a la prestidigitación como al cine y otras artes visuales o narrativas. Incluso, al oficio del trilero o al del político. Por fortuna, el caso de Mikel Bustamante (Amurrio, 1986) entra de lleno en el primer grupo y eso le permite mirar con capacidad crítica a los de la segunda frase de este párrafo, Pero no hay duda alguna que el artista (cineasta, actor, autor de teatro y prestidigitador) tiene herramientas y capacidad para encandilar, epatar e incluso para llevar a la reflexión una vez ha bajado la emoción del primer impacto. Como la mentira diplomática ante un espectáculo y una actuación que, en el fondo, no han gustado nada a la pareja de espectadores protagonista de 'Teatro'.
Si Bustamante analiza su labor en la realización, no se sitúa claramente en una de las fases de la creación, eso que podría llamar 'Mi momento', como uno de sus títulos. «Cuando escribes la historia es un momentazo, me entra la euforia. Soy muy impulsivo y la quiero rodar muy rápido. Otro es el día del rodaje, cuando se hace realidad y pasarlo bien con ello, creándolo. Cuando ya sale la pieza es el momento clave, un subidón súper guay. Una vez hecho, intento distribuirlo en festivales, aunque me da más ilusión hacerlo», valora el autor de 'Telekinesis'.
Mikel Bustamante es un individuo inquieto desde muy joven. «Tocar la guitarra, hacer magia... todo lo que tenga que ver con la creatividad me ha vuelto loco», confiesa. Por eso no fue extraño su golpe de timón: dejó su formación en márketing en Bilbao y estudió montaje y edición de cine en el CECC de Barcelona, «con lo que también aprendías un poco a dirigir o a corregir errores del realizador que te traía su corto». Y, más adelante, se fue a Madrid «a buscar trabajo como técnico». Sin embargo, la interpretación le sedujo –aquí puede haber algo genético, vía paterna– y se formó en el Instituto del Cine, tras consultarlo en su hogar alavés «con carita como de 'me vais a matar'».
Evidentemente, los tiros no fueron por ahí. «Interpretar me fascinó, me volvió loco, pero nunca he dejado de dirigir mis cortos. No sé cuál de las dos cosas me gusta más, aunque ahora tengo la energía centrada en ser actor», indica quien en estos días se pone en la piel de un etarra en 'Maixabel' de Icíar Bollaín o, en el marco de la pantalla doméstica, forma parte de la exitosa serie 'La Casa de Papel'.
Precisamente, este formato televisivo –donde se le conoce como el policía Martínez– le ha posibilitado reclutar a sus compañeros Itziar Ituño, Fernando Cayo, Mario de la Rosa, Antonio Romero y Fernando Soto para compartir protagonismo en el cortometraje 'Caníbales'. En sólo tres días –se acababa el plazo del festival al que iba a ir– se llevó a cabo esta historia sobre un proceso de selección de personal que hace cuestionarse por qué nuestra sociedad promociona y busca personalidades psicopáticas. Lo más increíble es que «la prueba de acceso es real y la tuve que hacer para intentar trabajar en un hotel de lujo en Madrid», recuerda el impulsor de la productora Bedmar Films.
Agrega Mikel Bustamante que «me gusta hacer cine de guerrilla, con pocos recursos y pocas personas. Lo importante es la historia», subraya quien maneja muy bien los elementos para rodar casi con lo puesto. Pero confiesa que «tengo que aprender mucho de producción», sobre todo cuando se va a enfrentar a un cortometraje con más medios, que se llamará 'Lugar de nacimiento'. Con temática en torno a la migración, ha conseguido una ayuda para rodarlo a la vencida. O sea, a la tercera intentona.
Claro que hay que estar dispuesto a la pelea para sacar adelante los proyectos, como al sentir la punzada teatral para interpretar y dirigir 'Julia' o llevar a las tablas varias historias propias como 'Nada que pueda morir'. Y, además de talento, hacen falta mucho tesón y fe. Que se lo digan si no a quien es capaz de hacer varios cubos de Rubik con los ojos vendados. Palabra. E imagen.
Mikel es muy versátil, porque es director y, además, actor. La dirección de actores en sus cortos suele estar muy bien, porque conoce bien ese aspecto. Ha hecho películas muy sencillas de planteamiento pero que tienen mucha posibilidad de análisis. Pueden parecer simples pero luego tienen mucha más complejidad. Se mueve muy bien en la comedia y en lo social o cotidiano.
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