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El aeropuerto de Vitoria se asoma a un futuro incierto. Ni Ryanair –la única que opera en la actualidad– ni ninguna otra compañía de pasajeros ... han presentado ofertas para hacerse con el macrocontrato que busca relanzar Foronda hasta 2028. Un desinterés que ha llevado a la sociedad pública VIA, encargada de promocionar la infraestructura, a maniobrar de urgencia: pone en suspenso ese nuevo contrato e intenta salvar la situación prorrogando siete meses más el que mantiene con la aerolínea irlandesa.Así que hasta octubre habrá vuelos comerciales desde y hacia Foronda. Lo que suceda después, es una incógnita.
La decisión se adoptaba ayer –al mediodía expiró el plazo para recibir a posibles aspirantes– tras una reunión de más de dos horas del consejo de VIA, del que forman parte desde concejales del Ayuntamiento de Vitoria hasta representantes del Gobierno vasco, pasando por miembros de la Diputación y personal de la Cámara de Comercio. Los consejeros fueron convocados la víspera. Se les puso, de hecho, sobreaviso:Ryanair no estaba dispuesta a dar un paso adelante y comprometerse con un nuevo convenio. No, en este momento, en pleno pulso con Aena, la sociedad que gestiona las infraestructuras aéreas del país, a cuenta de multas y tasas aeroportuarias.
Ese era el motivo que deslizaba VIA en el comunicado que envió a los medios. «Se procede al cierre del procedimiento actual, que se reactivará tan pronto se clarifique el contexto estatal aeroportuario, que favorezca una mayor concurrencia y la participación de las compañías aéreas en condiciones más normalizadas», reza el escrito. La 'solución' se añadía a renglón seguido:«extender el contrato de promoción actual con Ryanair por los próximos siete meses».
De este modo, Ryanair mantiene su operativa para la temporada de verano, que empieza la próxima semana. Sin embargo, la incertidumbre es total a partir del 26 de octubre, cuando se activaría la campaña de invierno. VIA quiere ganar tiempo para convencer a la 'low cost' de que siga operando en Álava –fuentes pulsadas por este periódico señalan que hay predisposición pero hace falta que se rebaje la tensión con el Gobierno central– o, en su defecto, intensificar los contactos con otras aerolíneas.
Sobre la mesa para una futura licitación queda un contrato de 4,77 millones por tres años. Las instituciones exigían un mínimo de 730 vuelos al año para hacerse con él: 95 a Mallorca en verano, el mismo número de conexiones anuales con Bruselas y 135 con Alicante, Sevilla, Málaga y Milán, los destinos que ya se operan de forma habitual durante los últimos años.
Además de los vuelos, VIA exigía que se promocionase Vitoria a través de actuaciones como crear publicaciones en redes sociales, vinilar dos aviones con diseños que invitasen a visitar el territorio u organizar una rueda de prensa. Además, la sociedad había reservado 1,5 millones extra para quien ofertara nuevos destinos desde el aeropuerto de la Llanada. Aquí VIA pedía que esas nuevas conexiones contasen con un mínimo de 60 operaciones al año.
4,77
millones había reservado VIA para el contrato, a razón de 1,59 por cada año de vuelos en el aeropuerto. Había, además, una partida 'extra' de 1,5 millones para nuevos destinos
730
vuelos pedía el contrato para operar en Foronda. Se exigían conexiones con Milán, Bruselas, Mallorca, Alicante, Málaga y Sevilla
Sin embargo, la realidad desde que VIA sacó el contrato ha cambiado mucho. El choque de Ryanair con Aena por las tarifas y con el Ministerio de Consumo por las multas millonarias que le han impuesto han tensado la relación con el Gobierno central hasta niveles nunca vistos.
En el 'toma y daca' con el operador aeroportuario estatal, la aerolínea irlandesa eliminó de un plumazo 800.000 plazas en Zaragoza, Santander y otros seis aeropuertos, entre ellos el de Valladolid, tierra originaria del ministro responsable de Transportes, Óscar Puente. «La decisión de Aena de no incentivar a las aerolíneas para que usen la capacidad desaprovechada de sus aeropuertos regionales ha obligado a Ryanair a reubicar aviones y capacidad en mercados europeos más competitivos como Italia, Suecia, Croacia, Hungría y Marruecos», afirmó entonces Ryanair, que dejó intactos los vuelos a Foronda, sin empañar su 45º aniversario. Aena replicó que los irlandeses usaban «argumentos espurios».
A principios de año Michael O'Leary, junto a una silueta de Pablo Bustinduy vestido de payaso, llamó al ministro responsable de Derechos Sociales, Consumo y Agenda 2030 «loco comunista», tras la multa de 179 millones de euros impuesta desde el ministerio a la compañía. La imagen incluso fue utilizada en varias promociones de la aerolínea: 'Reserva precios locos antes de que un payaso suba los precios', rezaba el anuncio que envío Ryanair a sus clientes.
Aquello fue el remate a la escalada dialéctica de meses entre O'Leary y el Gobierno central. Una tensión que parece pasar factura ahora a Vitoria, donde el pulso de la 'low cost' amenaza con dejar vacías las puertas de embarque del aeropuerto, donde apenas quedaría en pie la actividad de carga, donde Foronda ocupa la cuarta posición en el ranking nacional. Para evitar esa fuga de turistas, VIA 'in extremis' aparcando un tiempo prudencial –no se especifica cuánto– la licitación hasta que se rebaje la tensión entre Aena y Ryanair.
El mazazo llega en lo que el propio diputado general definió como un «momento crucial». Las instituciones estaban apretando para alcanzar el objetivo de los 500.000 pasajeros, oficializado ya como meta dentro de la propia sociedad pública. Proyectos como el estudio para los vuelos transoceánicos, la inversión de 40 millones por parte de DHL para hacer un hangar de reparación de aviones o la línea de autobús entre Loiu y Foronda –que se perfila para arrancar en junio– pretendían apuntalar el buen momento del aeropuerto que había incrementado su número de pasajeros en un 51% durante el periodo de vigencia del último contrato, pasando de los 174.024 usuarios de 2019 –el 2020 estuvo condicionado por la pandemia– a los 263.328 de 2024 y el récord de 309.929 en 2023. Hace tan sólo diez años el aeropuerto se anotaba menos de 7.000 turistas.
El ambiguo comunicado de VIA no solamente plantea una referencia velada al conflicto entre Aena y Ryanair para justificar la cancelación del nuevo contrato. La sociedad responsable de subvencionar los vuelos también se excusa en la proximidad de la Semana Santa y el verano. Su «cercanía», según el ente, hacía «oportuno extender la colaboración actual, a fin de posibilitar la planificación de los vuelos con una antelación suficiente para los pasajeros». Lo cierto es que fue la propia VIA la que fue atrasando su decisión. El día tope inicial para presentar ofertas fue el 10 de enero. Desde entonces y hasta ayer la fecha se postergado en hasta cuatro ocasiones.
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