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El Castigo sin Venganza' expone temas atemporales tales como el poder, el deseo, la reputación o el amor en una puesta en escena muy correcta pero a la que falta ardor. Se trata de un montaje sutil e inteligente carente, sin embargo, de garra y ... atrevimiento para desempolvar la mirada desde la que se muestra este clásico. El triangulo amoroso entre el duque de Ferrara, su hijastro y la reciente esposa del duque se presenta con limpieza gracias al gran dominio del verso de sus protagonistas. Beatriz Argüello brilla como Casandra insuflando vida a sus palabras, el subtexto está completamente presente en su intención actoral, consiguiendo que los espectadores empaticen con ella. Si bien los personajes principales ofrecen gran claridad en su trabajo con el verso, al comienzo de la obra el texto se precipita de forma demasiado recitada y carente de sujeción interna. La escenografía resulta un gran acierto al generar un inmenso espacio plagado de puertas y gasas que revelan nuevas estancias. Especialmente bella es la imagen del espejo que permite al público ser voyeur en el encuentro de los enamorados y que ofrece tridimensionalidad a las escenas. La amplitud generada en el escenario da libertad de juego a una sublime iluminación que baña a la pieza de un tinte poético y pictórico. La dirección hace pequeños amagos de sacar la pieza del naturalismo extremo pero deja en todo momento los pies en terreno seguro. Se consigue con ello que la historia se transmita correctamente pero a su vez no ofrece una perspectiva reveladora ni novedosa con respecto a este clásico. La belleza del texto de Lope y su magnífica arquitectura de la tragedia se transmiten en una producción exquisitamente construida pero a la que le faltan pasión, frescura y contemporaneidad.

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elcorreo Un Lope comedido