El furtivismo es la principal amenaza para el lobo en Euskadi Rafael Marchante

El lobo gana terreno en Euskadi con dos manadas activas en Álava y Bizkaia

El Gobierno vasco destinará 50.000 euros cada año a compensar a los ganaderos e implantará un teléfono para que informen de los daños que sufran

J. M. Navarro

Jueves, 19 de septiembre 2024, 00:52

La presencia del lobo en Euskadi ha caldeado en los últimos años los ánimos de ganaderos y agricultores. Sus ataques a las reses han estado en la agenda de las protestas que durante la primera mitad del año caldearon los ánimos en el agro, con ... tractoradas por los tres territorios. Ahora el Gobierno vasco pone cifras a los daños causados por esta especie en los últimos años. Según el Ejecutivo autonómico, desde 2005 los cánidos han atacado a 2.903 reses entre Bizkaia y Álava. De ellas, 1.943 murieron, 463 resultaron heridas y 498 desaparecieron.

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Así se desprende del diagnóstico con el que Lakua ha acompañado su plan de gestión del lobo, el programa con el que pretende regular la protección del animal en los próximos años. El documento se publicó ayer en el Boletín Oficial del País Vasco (BOPV) para que instituciones y particulares presenten sus alegaciones al plan gubernamental.

Según el texto, actualmente hay dos manadas en la comunidad autónoma: una al oeste de Bizkaia y otra cerca de la muga entre Álava y Burgos. El lobo ha ganado terreno en los últimos años. Así lo reflejan las estadísticas de expedientes tramitados por ataques: 110 en 2022 y 82 en 2023. Hay que remontarse hasta 2008 para encontrar registros superiores a los de este último bienio, aunque la realidad es que entonces eran cuatro las manadas que recorrían libremente la comunidad autónoma.

Actualmente, los ganaderos más afectados por los cánidos se encuentran en el Valle de Carranza, Urkabustaiz, Kuartango y Ayala. El remoto valle vizcaíno concentra uno de cada cuatro ataques en Bizkaia y los otros tres municipios alaveses acaparan el 46,66% de los ataques en ese territorio.

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Pese a ello, las reses domésticas no son el plato favorito de los lobos. Un estudio referenciado en el plan del Ejecutivo refleja que el corzo ocupa casi el 50% de las ingestas del lobo. La otra mitad se reparte entre jabalís, liebres, ganado y hasta ardillas.

El plan del Ejecutivo, no obstante, dedica buena parte de su propuesta a la convivencia entre la ganadería y los lobos. Es por ello que Lakua reservará cada año un presupuesto de 480.000 euros con distintas medidas para la gestión del animal salvaje. De ellos, 50.000 se dedicarán cada año a compensar a los baserritarras por los daños que cause el 'canis lupus'.

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Ataques auditados

Entre las novedades que introduce el plan del Gobierno vasco está un «sistema de verificación de daños a la ganadería». Ese sistema será pactado entre las instituciones vascas y «estará en funcionamiento todos los días del año».

Lakua, según el documento, «habilitará un teléfono donde las explotaciones ganaderas puedan comunicar los sucesos». Esa especie de auditoría «comprobará 'in situ' las circunstancias de cada suceso». En esas comprobaciones el Gobierno no descarta incluso la posibilidad de tomar muestras biológicas de las reses muertas.

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El plan del Ejecutivo autonómico advierte, además, del furtivismo. Es la primera amenaza de regresión del lobo y va desde la caza ilegal hasta la captura de cachorros, pasando por la puesta de trampas o el envenenamiento de los animales. Se deberán implementar, además, medidas para evitar que los animales crucen carreteras o vías de tren. Las instituciones también tendrán la obligación de publicar periodicamente qué han hecho por la protección del lobo y de revisar cada seis años el plan para introducir modificaciones.

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