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Apenas unos días después de fracasar en su asalto a la Cámara de Comercio de Álava y a la patronal alavesa, el PNV lleva camino de llevarse otro batacazo. El día 27 defenderá en el pleno de las Juntas Generales una moción «urgente» que nace frustrada. Los jeltzales, amparándose en la petición de -por ahora- cuatro de las siete cuadrillas, pretenden volver al sistema antiguo de la Ley Electoral a la Cámara alavesa, que le beneficia al primar el voto en los pueblos, donde el nacionalismo cosecha mejores resultados. Pero, salvo sorpresas de última hora, se va a quedar solo en el intento.
Su plan para recuperar las siete cuadrillas como circunscripciones, penalizando el voto en Vitoria, antes de los comicios de mayo de 2019 no encontrará el respaldo de ningún partido. Tampoco el del PSE, su socio de gobierno, que acaba de presentar una enmienda a la totalidad a la moción registrada por los peneuvistas en la que pide el mantenimiento del reparto actual, con tres circunscripciones: Vitoria, que elige 38 procuradores, Ayala (6) y Tierras Esparsas, que engloba al resto de la provincia (7).
Izaskun Moyua - PNV «Apoyamos la iniciativa de las cuadrillas; es en Juntas donde debe debatirse»
Ana Morales - PP «La diversidad del territorio jamás debería ser utilizada en beneficio partidista»
Kike Fdz. de Pinedo - EH Bildu «El proceso requiere un debate amplio y creemos que no es el momento»
Cristina González - PSE «Nos oponemos porque debe ser proporcional en el plano de población y de representación política»
Arantxa Abecia - Podemos «Estamos de acuerdo en abordar el tema, pero no a 10 meses de las elecciones»
Javier Bizarro - Orain Araba «Vamos a consultar en asamblea para presentar nuestra propuesta»
No es la primera vez que el PNV lo pretende, y parece que no será la última. En 1995 llevó a cabo el primer intento, sin éxito, de cambiar la actual normativa, aprobada en 1987 por el Parlamento vasco con los votos del PSE, EA y la desaparecida Euskadiko Ezkerra en medio de una gran polémica política. El PNV, el PP y los centristas del CDS se posicionaron en contra. En aquel momento, a cinco meses de las elecciones forales, no lo consiguió. Pero entonces el PP y Unidad Alavesa mostraron su disposición a hablar pasados los comicios. Algo similar sucede ahora, pero con EH Bildu, que considera que la reforma debe afrontarse con un debate participativo y en profundidad. «No es el momento», repite cada vez que se refiere al tema el portavoz abertzale Kike Fernández de Pinedo. Si bien su partido sí ha propiciado el debate en algunas cuadrillas donde se han aprobado varias iniciativas en este sentido sumando sus votos a los del PNV.
Tampoco ven oportunidad en las fechas en Podemos, partidarios de abrir el melón, pero no en los términos concretos que expone el PNV. Además, «la recomendación europea es que no se modifiquen las circunscripciones a menos de un año de las elecciones», advierte Arantxa Abecia. Los escindidos de la formación, Orain Araba, pueden ser más permeables a la pretensión nacionalista.
La segunda vez que el PNV lo intentó, en 2002, lo hizo con más tiempo, pero tampoco les sirvió de nada. La oposición del PP fue tan radical como ahora. Y la del PSE, que calificó la pretensión de «fraude». Ahora, la líder socialista, Cristina González, es clara en cuanto al rechazo, pero menos dura en las formas con su socio. La diputada foral aseguró ayer que esta clara discrepancia «no influye en el pacto de gobierno porque no forma parte del acuerdo» que lo sustenta. Defiende que el actual sistema garantiza «la proporcionalidad». Irabazi, por su parte, apuesta por «la circunscripción única» y por «no cambiar si no hay consenso», apunta José Damián García-Moreno, su único procurador.
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