Jorge Bucay: «Mis libros no contienen ninguna respuesta, están llenos de preguntas»

- ¿Cuál es su cuento clásico favorito?

- Hay muchos que me han gustado a lo largo de mi vida, eso es algo que va cambiando con el tiempo. Pero me quedaría con 'El patito feo', que es el cuento que da inicio a este libro y que me ha acompañado siempre. Cuando tenía cinco años el mensaje que me llegaba era el del pobre patito maltratado que acaba convirtiéndose en cisne, pero ahora veo que este cuentito tan sencillo es mucho más. Se trata de la expresión casi literal del camino de la realización como persona, el recorrido de las tres preguntas existenciales: ¿quién soy?, ¿dónde voy? y ¿con quién?

- ¿Es su última obra un libro de autoayuda?

- La verdad es que no lo sé, porque me parece que un libro de autoayuda puede querer decir demasiadas cosas hoy en día. Cuando voy a la sección de libros de autoayuda en una librería me encuentro con tomos para aprender a cocinar, de astrología, de cienciología, de 'mindfulness'... Cuando yo empecé a escribir autoayuda significaba una obra que intentaba dar respuestas concretas y explícitas a algunas preguntas. En este sentido, yo nunca he escrito un libro de autoayuda porque mis obras no contienen ninguna respuesta, están llenos de preguntas.

- ¿En qué se diferencia 'Cuentos clásicos para conocerte mejor' de sus anteriores libros?

- Cada libro que escribo es diferente y esa es la ventaja de no ser un autor con un estilo y una línea determinados. Como soy un psicólogo y un psicoterapeuta que escribe, puedo permitirme el lujo de recorrer cualquier espacio que me parezca útil para mostrar lo que me interesa. Este libro es bastante diferente de cualquiera que haya escrito hasta ahora porque evoca cuentos clásicos, ni escritos por mí ni que viajan de boca en boca en la actualidad.

- ¿Cree que el paso del tiempo propicia el olvido de estas historias vinculadas a la infancia?

- En realidad, estos cuentos nunca se han olvidado y por eso algunos de ellos tienen cinco o seis siglos de antigüedad. Si siguen estando entre nosotros, si los seguimos conociendo y si a alguien como a mí se le ocurre trabajar sobre ellos, debe ser porque todavía tienen cosas que decirnos. Además, creo que el cuento ha tomado en los últimos años un nuevo auge y más importancia, algo que me alegra muchísimo.

- ¿Cuál es la principal función del cuento ahora?

- Están siendo utilizados para lo que fueron pensados, para transmitir en pocas palabras y pocos conceptos una idea que le permita al receptor saber más de sí mismo y conocerse mejor.

- Las nuevas generaciones aprenden cada vez antes a manejarse con móviles y tabletas. ¿Puede hacer esto que no lleguen ni siquiera a conocer algunos de los cuentos más tradicionales?

- No hay que dramatizar. No creo que haya que elegir entre la tecnología o el cuento. Es más, me parece que nuestros jóvenes van a poder sumar y tener acceso a nuevos recursos que nosotros no tuvimos. Estoy convencido de que las nuevas generaciones se van a seguir cruzando con los cuentos clásicos y alguien les va a enseñar a leerlos con actitud constructiva.

- ¿Qué valores de los que se ven reflejados en estas historias le llaman más la atención?

- Todos los cuentos tienen una cabalgata, pero cuando comencé a trabajarlos me di cuenta de que reflejan casi todos los valores más conocidos: la lealtad, el amor, la libertad, la heroicidad, el perdón, la curiosidad desmedida o la ambición. Pero también la traición, el odio, el rencor, la vanidad o la soberbia. Lo bonito de la lectura es ir desgranando todas estas actitudes.

- ¿Los lectores tienen Jorge Bucay para rato? ¿Cuáles son sus próximos proyectos?

- No tengo ningún proyecto entre manos, estar en la sala de parto pensando en el próximo hijo me parece una locura. Me volqué durante dos años y medio en la investigación para este libro y fue tan trabajoso como encantador, estuve fascinado y ahora tengo ganas de disfrutarlo. Estoy muy contento con el resultado y el libro en sí mismo, como objeto, ya es hermoso. Además, llegamos a un acuerdo con la editorial Espasa para que esté presente en todas las bibliotecas nacionales de España, no hace falta comprarlo para leerlo.