En libertad el autor del atropello mortal en Vitoria tras declinar la Fiscalía su encarcelamiento

Sin esa petición formal por parte del Ministerio público, a la titular de la sala no le quedó otra que decretar la libertad para este hombre que pasó una noche en los calabozos de Aguirrelanda. A media tarde del miércoles abandonó el Palacio de Justicia. Lo hizo, eso sí, con la condición de investigado por «homicidio imprudente» y por «omisión del deber de socorro».

No se trata de delitos leves. Por el primer cargo podría enfrentarse en un futuro a penas de «uno a cuatro años de cárcel», aparte quedarse sin carné de conducir «hasta un máximo de seis años», según los medios judiciales consultados. Por la segunda acusación, y si finalmente la investigación judicial prospera en este sentido, «se enfrentaría a otra petición de prisión que iría de los seis meses a cuatro años».

«Sin la petición formal de la Fiscalía o de la acusación particular –inexistente por ahora en esta causa–, el juzgado de guardia no puede adoptar por sí solo esa medida de ingreso preventivo», justifican estas fuentes. Este vitoriano con domicilio conocido y sin antecedentes sí deberá cumplir varios requisitos básicos, como acudir regularmente a este edificio mientras dure la instrucción sobre este atropello con desenlace fatal.

Sobre las 18.47 horas del martes, Mari «cruzaba por un paso de peatones, momento en el que fue arrollada por un Opel Astra. Pese a la violencia del impacto, el vehículo huyó del lugar», notificó la Policía Local. Poco después, patrulleros de este cuerpo localizaron al conductor en el aparcamiento alrededor del antiguo colegio Ignacio Aldecoa, en Arana. «Estaba examinando» los daños en su coche cuando los agentes le dieron el alto. El turismo presentaba «un golpe en el capó y el parabrisas delantero con un agujero», deslizan medios internos de la Guardia urbana. El coche se guarda en el depósito de la comisaría de Aguirrelanda para una revisión exhaustiva cuyos resultados serán incluidos en el atestado definitivo.

Como marca el protocolo de la Policía Local, el conductor a la fuga fue sometido a un control de alcoholemia y a otro de tóxicos. Dio negativo en alcohol y «positivo» en THC (cannabis). «Lo que no quiere decir ni mucho menos que tuviera sus facultades afectadas ya que el consumo pudo producirse incluso el día anterior», aclaran agentes especializados en tráfico.

Al hilo de este siniestro mortal ocurrido la tarde del martes, vecinos de Salburua señalaron a EL CORREO que «esto se veía venir porque por esa recta pasan coches que pueden llegar a alcanzar los 90 kilómetros por hora y éstas son las consecuencias».