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La casualidad ha hecho que este 2022 se celebre el quinientos aniversario del Camino Ignaciano y que el Papa decretara que este año fuese también ... jacobeo, a causa de que 2021 estuvo marcado por la pandemia de covid. Tal coincidencia, y que estas dos grandes rutas pasan por Álava, ha hecho que los peregrinos proliferen por este territorio en las últimas semanas. Con la mejoría meteorológica de esta primavera, los caminantes se han calzado las botas para dirigirse a Santiago o a Manresa, donde finaliza el recorrido que hace cinco siglos completó San Ignacio de Loyola.
Ello ha propiciado que los albergues alaveses hayan abierto de nuevo sus puertas, que otros lo vayan a hacer en breve y que surja alguno nuevo, como es el caso del que prevé abrir sus puertas este verano el ayuntamiento de Lapuebla de Labarca, en pleno trazado ignaciano. «Esperamos empezar a funcionar para agosto. La obra está casi terminada, pero falta el mobiliario», informa la alcaldesa de la localidad Maite Córdoba. Será el primero de Rioja Alavesa y tendrá seis u ocho plazas aunque con posibilidad de ampliar en la segunda planta», añadió Córdoba. El Consistorio trabaja ya en su diseño y organización. «Va a ser autónomo. Se solicita la plaza por teléfono y con un código se podrá acceder. Sólo necesitaremos una persona para la limpieza», avanza. Este alojamiento se suma a la oferta hostelera de varios bares que hay en el pueblo en los que los caminantes pueden retomar fuerzas.
Desde el sur de Álava, Maite Córdoba corrobora que «desde Semana Santa sí que se ve más afluencia, no sólo de uno o dos peregrinos sino también de grupos, de seis y ocho miembros». Su procedencia «sobretodo es nacional, pero también extranjeros. El último grupo grande fue de franceses», añade.
Una sensación similar tienen en Zalduondo. Su albergue municipal, habilitado en la vieja ermita de San Adrián, en apenas mes y medio ha dado cobijo a una decena de peregrinos en ruta hacia Compostela, lo que augura una campaña aceptable. «Acaba de empezar la temporada y en mes y medio han pasado por aquí un checo, uno de Bayona, dos mujeres francesas, dos alemanes y dos estadounidenses», asegura de memoria el alcalde de la localidad, Gustavo Fernández, sorprendido por la presencia de tanto extranjero. «Este año más que nunca. Es la primera vez que vienen de Estados Unidos», destaca. «No esperamos una oleada pero se prevé una buena afluencia de peregrinos este año», apunta.
El proceso para pernoctar en este pueblo se inicia con una llamada de teléfono. A partir de ese momento los viajeros son atendidos con cercanía y amabilidad por alguno de los miembros de la corporación. «Cama y ducha caliente, la tienen asegurada», enfatiza Fernández, que lamenta que este pueblo de palacios y casonas nobiliarias carezca de bares y restaurantes, por lo que en ocasiones el propio alcalde o los concejales han tenido que ofrecer algo de comida a los recién llegados. «Es un poco casero, pero así funcionamos en este modesto albergue de ocho plazas». «Lo pusimos en marcha poco antes de la pandemia y tuvimos que cerrar», destaca, por lo que cree que «es un buen comienzo». «Les damos unas sábanas bajeras y cuando se marchan las llevamos a lavar a casa, porque somos pocos y no tenemos medios. Así andamos, de hospitaleros caseros. Seguiremos así si no conseguimos otra fórmula de gestionarlo, pero en principio no vamos a dejar a los peregrinos sin ese recurso».
Gustavo Fernández
«Se está recuperando»
Unos kilómetros después, María Ángeles Ibáñez de Opácua, hospitalera de Alegría, recibe a los caminantes que salen de Zerain, Zegama, Zalduondo o Agurain. «Vuelve a haber movimiento, pero todavía poco. Yo no diría que más que antes de la pandemia».
En Vitoria, por su parte, el albergue de la Catedral acoge a refugiados ucranianos, por lo que los peregrinos tienen que buscar un plan alternativo. Sin embargo, en la oficina de la Asociación de Amigos del Camino de Santiago de Álava, en la calle Zapatería 85, ya se han solicitado unas 300 credenciales por parte de alaveses o gente de la zona en lo que va de año, según informa su presidente, Javier Corcuera. «El jueves hicimos 40 para un grupo de la Once y 50 de nuestra asociación hacen durante los fines de semana el Camino de las Asturias», destaca. «Nos llegan noticias desde Santiago de que está entrando mucha gente. Se está recuperando. Cuando den las vacaciones de los niños habrá subida», vaticina Corcuera.
Unos kilómetros más adelante, en La Puebla de Arganzón, el albergue se abrirá «próximamente», según el alcalde de la localidad, Pablo Ortiz de Latierro, que confirma la tendencia del aumento de caminantes a Santiago.
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