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Mariluz Villamor conoce el sector de la automoción como pocas personas en Euskadi. Después de 28 años trabajando en Mercedes, en diciembre de 2023 asumió un nuevo reto: dirigir el Basque Automotive Manufacturing Center (BAM). El centro de fabricación avanzada que comparte la multinacional alemana, ... Gestamp y MB Sistemas ocupa, de momento, dos modestas oficinas en el edificio de la vieja Azucarera. Dentro de un año, la historia será distinta. Pasarán a ser vecinos de la moderna terminal de mercancías de Júndiz en un nuevo edificio para desarrollar la tecnología más puntera de la automoción vasca y, si nada se tuerce, contarán con más socios industriales.
- Empecemos por lo más básico. ¿Cómo marchan las obras de su futura sede?
- El edificio está en cimentación. Ha empezado ya el movimiento de tierras y se está siguiendo el calendario estipulado para su construcción. La apertura está estimada hacia finales de 2025 y en total contaremos con 14.000 metros cuadrados, pero se irá construyendo por fases.
- ¿Qué va a aportar BAM a la industria alavesa?
- Le va a aportar la posibilidad de testear con tecnología de vanguardia, especialmente en el mundo de la automoción, permitiéndoles que avancen en competitividad y que tomen decisiones. Dentro del BAM trabajarán con activos de última tecnología.
- Explíquelo para que lo podamos entender.
- Un ejemplo práctico de las cosas con las que estamos trabajando: un túnel de visión artificial. Es un túnel por el que pasará una carrocería y se haría una lectura de la calidad de la chapa. Con Inteligencia Artificial se detectaría si esa chapa tiene un bollo o algún defecto y diría si es aceptable o no desde el punto del cliente. Si no lo es, una estación con dos robots puliría la carrocería. De esa manera al final se haría un chequeo de calidad y se automatizaría el proceso de control y acabado de pintura.
- Tras Mercedes, Gestamp y Mondragón, ¿se han lanzado a por más empresas?
- Abriremos la entrada de nuevos socios, previsiblemente, en enero. Hay empresas con las que ya hemos establecido contacto a lo largo de este 2024 y nos han mostrado su interés por entrar en el BAM. El crecimiento de socios será sostenible, ordenado y medido.
- En sus documentos hablan de una 'BAM Academy'. ¿Qué va a ser esa 'academia'?
- Hay dos vertientes. Por un lado, dar a los socios un servicio de formación especializada. Por otro, ver qué hace falta para que un ingeniero que sale de la universidad esté listo para entrar en el mundo de la automoción. Hemos visto una serie de déficits y vamos a plantear dos másters. El primero es en tecnologías avanzadas de fabricación, con una formación dual para que el alumno esté en la BAM Academy usando nuestra maquinaria y a la vez recibiendo una formación teórica, con un 30% de profesorado universitario y un 70% de industriales, directores de área que tocan esa tecnología todos los días.
- ¿Y el segundo máster?
- El segundo que estamos pensando, aunque todavía no está decidido, sería en ciberseguridad dentro de la automoción.
- ¿Tienen decidido con qué universidad van a aliarse con ese máster? ¿Con la UPV?
- Tenemos que mirar el modelo. Se están valorando diferentes alternativas.
- La industria de la automoción vive un momento marcado por la caída de ventas, la competencia china... ¿Cómo ve esos nubarrones que sobrevuelan el sector?
- En la industria automotriz europea hemos tenido un grave problema. Hemos sido excesivamente lentos y no hemos reaccionado lo suficiente a la llegada de los fabricantes chinos, que son muy competitivos y nos están robando cuota de mercado. Eso ha sido por distintos motivos: ha habido una regulación europea muy estricta que nos ha condicionado en términos de competitividad.
- ¿Acierta Europa poniendo un muro a la automoción china con los aranceles?
- Acierta y tendría que haberlo puesto muchísimo antes, pero realmente no es la única limitación que se debería hacer.
- Siempre se dice que la automoción china está muy subvencionada. ¿Cuánto influye esto en su mayor competitividad?
- Es uno de los motivos, pero es que su forma de asumir los retos es otra, va a otra velocidad en la implementación de inversiones. Se esperaba que el cambio hacia el vehículo eléctrico fuera muchísimo más rápido de lo que está siendo. Esto también está haciendo que haya inestabilidad en el mundo de la automoción a la hora de tomar decisiones de inversión.
- La patronal ha abierto contactos con las instituciones y la Fundación Vital para promover más vivienda que atraiga talento. ¿Cómo le suena?
- Es algo que debería plantearse. Para captar talento de fuera de Álava, que ya impliquen desplazamientos desde fuera, el precio del alquiler es un condicionante. Las personas con una cierta edad quieren tener su propio piso, no compartir. Actualmente, el coste en Álava es altísimo, y eso es un hándicap: hace que las ofertas laborales sean atractivas si son elevadas. Y si es muy elevada, yo también pierdo competitividad.
- ¿Cree que es el momento de que las empresas tomen partido y promuevan pisos por sí mismas?
- Sería una alternativa muy interesante. Es algo que tendría un impacto a medio plazo en nuestra estructura de costes. Si condiciona para atraer talento europeo hacia Álava, ¿por qué no invertir? Eso es invertir en nosotros mismos, ¿no?
- Con el debate sobre fiscalidad sobre la mesa, ¿qué le gustaría ver en la reforma tributaria y qué cree que nos resta competitividad ahora?
- El tipo de Sociedades para las empresas es altísimo comparado con otros entornos. ¿Por qué se fueron tantas empresas a Dublín? ¿Por qué se están yendo otras a otras zonas de Europa? Creo que no se ha planteado seriamente dentro de Euskadi una estrategia. Se podría atraer a muchas empresas de fuera, porque el entorno como tal, industrialmente, es muy atractivo. Si diesen unas condiciones fiscales que favorecieran más a un negocio, creo que se podrían captar empresas más grandes.
- Conoce Mercedes Vitoria muy bien. Desde la distancia, ¿cómo ve la incertidumbre en torno a la producción de 2025?
- Todo pasará por llegar a soluciones de flexibilidad laboral. Esto son olas. Las hubo en el pasado, también con otros modelos productivos y funcionaron. Luego vino una ola que nos obligó a llegar a un tercer turno y se hizo. ¿Ahora? Bueno, vendrá otra. Si hay algo seguro en la automoción, es el cambio: la necesidad de adaptarte y de ser flexible en todos los niveles. Desde el que planifica hasta el que está a pie de línea.
- ¿Le preocupa que esta coyuntura más desfavorable se enquiste?
- No. Pienso que el proyecto de Mercedes va a ser un éxito. Veo las obras aquí; el entorno en el que estoy me lo demuestra. Se están dando los pasos necesarios para tener un coche con una alta aceptación en el mercado. No estoy intranquila.
- En Europa hay ya voces que cuestionan la apuesta por el coche eléctrico. ¿Usted lo tiene claro o es de los que piden andar con pies de plomo?
- Creo que hay que andar con pies de plomo y estar preparados para todo. Para mantener motores de combustión eficientes y que cumplan con la normativa, para desarrollar modelos híbridos y, cómo no, ofertar también una paleta de vehículos 100% eléctricos.
- ¿Cuánto va a tardar Europa en tener coches eléctricos a precios competitivos?
- Todo va a depender de cómo den el salto tecnológico los proveedores y los propios fabricantes, que es lo que estamos promoviendo desde BAM. Son decisiones difíciles, porque implican inversiones. Pero es invertir en ser más eficientes, más competitivos... A veces hay que esperar a que se acabe un ciclo, a que se acabe un modelo y luego ya cambias tu estructura productiva... no es tan sencillo. Muchas veces lo que hay que cambiar realmente son las cabezas de los líderes para que vean claro que hay que invertir.
- ¿Tiene un coche eléctrico?
- Sí. Tengo un Mercedes EQE, 100% eléctrico.
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