Portal de Arriaga. Todos los edificios residenciales conviven aquí con demasiados decibelios. J. Andrade

Lakua y El Pilar son los barrios que más sufren por el ruido viario, con casi 3.000 afectados

El Ayuntamiento, que aún debe actualizar la ordenanza que regula estas vibraciones, aprueba un plan ambicioso hasta 2029

Lunes, 13 de enero 2025, 00:40

Cuando los vecinos de Lakua o El Pilar abren sus ventanas, en vez de reparar en los sonidos de la naturaleza, lo único que escuchan es el ruido de los vehículos que transitan a toda velocidad por las carreteras colindantes a sus fachadas. Aunque esta ... situación se replica en distintos barrios de Vitoria, éstos son los que más vibraciones soportan a causa de la carga del tráfico, según un informe del Ayuntamiento al que ha tenido acceso este periódico.

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En total, hasta 2.827 residentes (1.446 en Lakua y 1.381 en El Pilar) conviven con las desagradables consecuencias de la movilidad. Éstos viven entre las calles Portal de Foronda, en la Avenida del Zadorra (que se extiende hasta Sansomendi), Juan de Garay, Avenida Gasteiz, Simón de Anda, Basoa o Portal de Arriaga.

Para el Consistorio, esas calles son ahora «zonas de conflicto» porque allí se han detectado sonidos que superan los 55 decibelios, umbral en el que comienzan a ser insanos. Aunque éstos puntos no son los únicos afectados. Las estadísticas municipales también registran otra decena de ubicaciones catalogadas como áreas acústicas sensibles. Estas son, el eje de San Ignacio de Loyola con Francia y Paz, el de Reyes Católicos con Los Herrán -ahora en plena transformación-, el cruce de Portal de Castilla con Alto de Armentia, el Paseo de la Zumaquera y Zumabide, las calles Florida y Manuel Iradier, así como las vías de entrada a los polígonos, Gamarra Mayor y Betoño.

En la calle Paz los vecinos conviven con un importante ruido. J. Andrade

Con esos resultados, que demuestran que la calidad de vida de un 4,4% de vitorianos aún no es del todo elevada, el Gabinete Etxebarria ha elaborado un ambicioso «plan de acción para la mejora del ambiente sonoro» que estará en vigor durante los próximos cuatro años, hasta julio de 2029.

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El desafío es lograr que un 83% de la población disponga de niveles de la denominada «zona tranquila» (por debajo de 50 decibelios) para el periodo nocturno. Y es que es en ese momento del día, desde las once de la noche hasta las siete de la mañana, en el que el ruido -que tiene en cuenta el tráfico de vehículos, el ferroviario de pasajeros y mercancías, y los camiones relacionados con el sector industrial-, resulta más «desfavorable». En la actualidad, sólo un 79% cumple con esas mediciones convenientes. Además, habría 71 personas que sufren enfermedades cardíacas isquémicas debido al ruido producido por los focos ambientales, alrededor del 14% de la población vitoriana tendría molestias intensas por este mismo motivo y un 3%, alteraciones graves del sueño, de acuerdo con los mismos medios.

Otras zonas «desfavorables»

Las calles Florida, Portal de Castilla o el eje de San Ignacio de Loyola con Francia y Paz también sufren elevados decibelios

Cambiar pavimentos

Desde 2019, cuando se aprobó el anterior plan, apenas se ha logrado una mejora del 0,6% entre quienes soportan demasiados decibelios. De hecho, y si bien se había estimado un presupuesto de medio millón de euros para la mejora de la calidad acústica de la capital alavesa, el departamento de Medio Ambiente sólo destinó alrededor del 38% de esa cifra; un total de 229.611 euros.

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En ese balance, el Gobierno municipal habla de una «dirección correcta». Aunque, con la nueva batería de medidas lanzada para el próximo lustro quiere lograr que este proyecto venidero sea más «efectivo» y que, por fin, se «alcancen los objetivos marcados».

El tráfico viario de la Avenida Gasteiz también genera conflicto. J. Andrade

Lo más urgente es actualizar la ordenanza municipal contra el ruido y las vibraciones. En este sentido, el Gobierno municipal debe atajar la insonorización de los locales de hostelería ya que aún hay ocho establecimientos que siguen «fuera de ordenación» en materia de aislamiento acústico. Si bien en esta memoria no se contemplan cifras sobre los ruidos elevados que genera el ocio nocturno, sí se puntualiza que las mayores quejas suelen asociarse a este ámbito y establece una línea de acción especifica en la que recoge, para este ejercicio, la necesidad de «analizar las causas y la molestia en cada caso» para, al menos, cumplir los decibelios en el interior de las viviendas.

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En cuanto al tráfico viario, se propone a corto plazo «clasificar los pavimentos con respecto al ruido» para, después, valorar su sustitución en calles como la Paz, Portal de Foronda (sentido salida), Florida, Portal de Castilla, Zumabide y Arriaga por ser las que concentran las mayores afecciones.

En 2025, el Ayuntamiento también quiere establecer un protocolo para el estudio del impacto acústico cuando se organicen grandes eventos o citas musicales, así como crear un sistema de recogida de quejas vecinales. De forma anual se marca la supervisión del ruido sobre carreteras o el tranvía y cada quince días la revisión del crecimiento del tráfico aéreo «para valorar si se requiere definir un método de vigilancia de sus niveles de ruido». El presupuesto estimado para estas y otras acciones prioritarias es de 450.000 euros.

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En su contexto

  • 4,4% Es el porcentaje de la población vitoriana que aún soporta demasiados decibelios. El 79% cumple con los niveles establecidos para las «zonas tranquilas» residenciales, aunque el Gabinete Etxebarria quiere elevar ahora esa cifra hasta el 83%.

  • Escasos avances entre 2019 y 2023 Desde que se aprobó el anterior plan para la mejora del ambiente sonoro, apenas se ha logrado mejorar un 0,6% el porcentaje de los vecinos que están expuestos a sonidos que superan los 55 decibelios, donde está situado el umbral en el que comienzan a ser elevados.

  • Cinco años para lograr un proyecto «efectivo» Es el tiempo que tiene el Gobierno municipal para alcanzar los objetivos marcados en este nuevo plan, que ya está en vigor. El presupuesto estimado para las acciones que desea poner en marcha es de 450.000 euros. Para el anterior previeron medio millón y destinaron 229.611 euros.

  • 71 vitorianos sufren en la actualidad enfermedades cardíacas isquémicas debido al ruido. Alrededor del 14% de los ciudadanos de la capital alavesa tiene molestias intensas por este mismo motivo y un 3% -más de 7.000 personas-, alteraciones graves del sueño.

  • Estudiar el ruido de grandes eventos Es una de las medidas que se propone el Ayuntamiento para 2025. En concreto, quiere establecer un protocolo para estudiar el impacto sonoro que puedan tener estas citas. También quiere crear un sistema para la recogida de quejas vecinales o supervisar las vibraciones que genera el tranvía.

  • La ZBE y Los Herrán bajarán los decibelios La zona de bajas emisiones (ZBE) no entrará en vigor hasta primavera, pero el Consistorio ya tiene claro que esta actuación reducirá la contaminación acústica en el próximo lustro. A ese objetivo también se espera que contribuya la transformación de Los Herrán en un gran salón verde.

«Hemos aprendido a convivir con las molestias, pero esa no es la solución»

Más de 15.000 vehículos circulan a diario por la calle Portal de Foronda. Un volumen de tráfico altísimo al que hay que sumar los autobuses que entran cada poco tiempo a la estación. El trajín que se soporta cada día en ese punto de la ciudad es incesante. Por eso, al verse saturados, los vecinos han solicitado en numerosas ocasiones medidas al Ayuntamiento.

Pese a las reclamaciones, «no nos ponen ninguna solución. Hemos aprendido a convivir con las molestias», denuncia Ángel Lamelas, presidente de la asociación de vecinos de Lakua-Arriaga. En ese punto -que es uno de los más conflictivos, aunque también se quejan de otros como Portal de Arriaga- ya cuentan con tres semáforos que ayudan a los conductores a reducir la velocidad. Aún así, «no es suficiente». «Lo que deberían hacer es sustituir el pavimento deteriorado», reclama Lamelas.

Por otra parte, afea que, al analizar la problemática del ruido, no se preste atención a la incomodidad auditiva que genera el ocio nocturno. Una reflexión en la que también coincide José Luis Azkarate, presidente de Ensanche XIX.

«Es cierto que en las calles Florida y Manuel Iradier el ruido viario genera mucha tensión, pero eso es fácil de averiguar. Sin embargo, los problemas derivados de la hostelería son los que más nos afectan y eso no se detecta», critica.

Señala, en concreto, que esos fuertes sonidos se generan por las noches (principalmente, las del fin de semana) en las calles Fueros, Dato, General Álava, Paz o Mateo Moraza donde «hay un sonómetro que marca niveles espeluznantes», refiere. «Entiendo que las soluciones no son fáciles, pero se están generando problemas de salud», asegura Azkarate.

Según la ordenanza municipal contra el ruido, que entró en vigor en la capital alavesa en diciembre de 2010 (y está congelada desde entonces), entre las once de la noche y las siete de la mañana, en zonas de «sensibilidad media o alta», como el Ensanche o el Casco Viejo, las mediciones deberían oscilar entre los 40 y 45 decibelios.

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