
El área lagunar de Laguardia se ha visto reducida a través de los siglos ante el avance imparable de la viticultura. Desde 1995, con su ... declaración como Biotopo Protegido, la regresión de sus orillas cesó. Hasta este año. Y es que a estas alturas del verano, apenas queda una gota en el Prao de la Paúl, su lago más grande. Pero, contra lo que se pueda pensar, no es otro efecto de la sequía que padece Álava, sino que se trata de una desecación intencionada para eliminar a especies invasoras como la carpa. Esta es solo una de las patas sobre las que pivota el proyecto que tiene la Diputación para este humedal que, prometen, volverá a rebosar de agua y vida a partir de diciembre y con motivo de la invernada de las aves. Azulones, fochas, zampullines o somormujos tendrán una o dos nuevas islas artificiales sobre las que retozar y poner sus nidos.
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El pasado mes la institución foral contrató los trabajos de vaciado. Un proceso costoso para el que se presupuestaron más de 45.000 euros y que se hizo bombeando el agua a través de un canal de drenaje hecho 'ad hoc'. Se mantendrá una vez terminen los trabajos por si en un futuro fuera necesario volver a hacer uso de él. La intención es que las lluvias vuelvan a llenar el Prao en otoño, que los trabajos no interfieran en la nidificación de las aves acuáticas y que terminen antes de la llegada de invernantes.
El objetivo es mantener a raya a las especies exóticas y repoblar el entorno con piscícolas autóctonas como la anguila y la tenca. El año pasado ya se actuó contra el cangrejo rojo, puesto que la carpa y este crustáceo de origen norteamericano son depredadoras de los huevos y larvas de insectos y anfibios, así como actúan arrancando vegetación y dejando más turbia el agua al remover los suelos, señalan los técnicos del Departamento de Medio Ambiente. Todo un conjunto de problemas que llevó a la Diputación a calificar el estado ecológico del humedal como «deficiente».
Una evaluación que, comprobaron, es igualmente extensible a la flora, donde abundan los espacios invadidos por los carrizos. Para poner coto a su proliferación, la Diputación no solo hará desbroces selectivos a fin de mejorar el aspecto del espacio natural de cara a los visitantes, sino que también crearán unos montículos en los bordes de la laguna para posibilitar el surgimiento de otros tipos de vegetación como los sauces y los juncos, con mayor potencial para la cría de anátidas como el pato cuchara o los ánades friso y azulón.ç
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Este recrecimiento se llevará a cabo con la tierra que se decapará del fondo lagunar. Así, ya se dejan ver por la zona bulldozers que retirarán entre 10 y 15 centímetros de tierra para prevenir la colmatación de El Prao, aumentar su vida útil y prevenir las problemas derivados de la alta concentración de nutrientes procedentes de las zonas de cultivo. Además, dentro de la misma laguna, se repartirán postes de madera tratada que servirán de posaderos para gaviotas, aves rapaces y cormoranes.
En definitiva, una intervención con la que institución foral espera mejorar la biodiversidad en la laguna más grande entre las cuatro que forman la Zona de Especial Conservación (ZEC)Lagunas de Laguardia y, además, ofrecer al visitante una experiencia más gratificante. De hecho, si bien el Prao ya cuenta con un observatorio, la nueva isla artificial también buscan hacer más visibles las aves a los turistas.
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El Prao de la Paúl es una laguna endorreica de origen semiartificial y forma parte junto a las lagunas de Carralogroño, Carravalseca y Musco (espacio parcialmente recuperada) el conjunto de lagunas de Laguardia. Uno de los cinco sistemas de humedales que existen en Álava junto a las colas del embalse de Ullíbarri-Gamboa, Salburua, el lago de Caicedo-Yuso y el Valle Salado. Dentro de las aguas de la capital de Rioja Alavesa se estima que viven 125 especies de invertebrados, 7 de anfibios, 6 de reptiles y hasta 118 tipos de aves.
Como parte de la red Ramsar de humedales y de la Red Natura 2000, la intención de cara a futuro es que, junto a la ZEC de la Sierra de Cantabria y a la del río Ebro, formen un corredor ecológico para la fauna local. «Debemos avanzar en conciencia y sensibilización sobre la importancia de preservar los humedales y su relevante papel como amortiguadores del clima, con la regulación de sequías, de la humedad atmosférica y de las temperaturas extremas», destacó el diputado general, Ramiro González, en su última visita oficial al paraje.
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