Laguardia recupera su antigua fonda

Las obras del espacio han comenzado ya y esperan terminar «antes de final de año», según ha explicado Luis Ángel Fernández, uno de los dos propietarios del nuevo hotel. Inicialmente contará con 17 plazas en una primera fase de obras, aunque las expectativas de este vecino es que más adelante se alcancen las 33 en una segunda fase de ampliación.

La puesta en marcha de este espacio supondrá otro avance más en la apuesta hostelera de Rioja Alavesa, que en los últimos años ha ido viendo como se ha extendido su oferta de alojamientos con espacios de lujo como la Casa Cosme Palacio o la casona que la firma Alma Carraovejas está reconvirtiendo en hotel. El grupo Silken también ha apostado por el municipio: el año pasado la cadena se hizo con el Villa de Laguardia.

Así, la antigua fonda volverá a convertirse en eso: en alojamiento para los visitantes que se acerquen al municipio amurallado. Lo que lleva siendo desde 1806. Fue entonces cuando un hombre adinerado de Madrid levantó esta posada 'extramuros', inicialmente con una sola planta. Antes incluso de que las tropas napoleónicas comenzaran la invasión que provocó la Guerra de Independencia.

La decisión de instalarla fuera del recinto de Laguardia respondía «a facilitar los accesos, porque los carruajes no podían entrar al pueblo». Luis Ángel no es familiar de aquel madrileño que hizo con la posada, sino de Perfecto Martínez, un vecino que adquirió la posada allá por 1880.

Desde entonces comenzó una trayectoria de casi 150 años en los que el edificio ha sido fonda de Laguardia, pero los Martínez también abrieron gasolineras, una fábrica de gaseosa y hasta un cine. Por abrir, Perfecto buscaba «cualquier cosa nueva que pudiese hacer él con sus tres hijos».

«Es un inmueble con un montón de historia» que la familia no ha descubierto «hasta que nos hemos puesto con la reforma, hasta que hemos ido desempolvando baúles y encontrándonos cartas, fotos… y hemos ido conociendo más la casa».

La familia ha mantenido la propiedad hasta hoy y está detrás precisamente del nombre: Pachico. Un mote que adquirió Angelito, el tío de Luis Ángel, que a base de ir acompañado de su amigo Patxi acabó convirtiéndose en Pachico para los habitantes del municipio.

«Pachico era lo que diríamos un 'bon vivant': muy jovial, sociable, que le gustaba relacionarse con todos… y en tierra de buen vino lo lógico es alrededor de un vaso», explican los familiares en conversación telefónica con este periódico.

De ahí, de Angelito, el nombre de este nuevo hotel tras siete años de impás desde que la última generación dejase de atender la fonda que ahora están reformando Luis Ángel y María José, que admiten que «hacía falta adecuarla».

Aunque inicialmente el proyecto estaba sobre la mesa desde el 2020, la pandemia mandó «a la porra» el proyecto y el encarecimiento de materiales de construcción que generó la guerra de Ucrania terminaron de descuadrar los presupuestos.

No ha sido hasta ahora, año y medio después, cuando la quinta generación familiar ha podido emprender de nuevo la iniciativa y retomar los preparativos para que en cuestión de meses los lugareños recuperen la vieja fonda del municipio y los visitantes tengan otra ubicación más para hacer noche en el municipio estrella de Rioja Alavesa.

De paso, la familia recuperará la memoria del propio Pachico y de todos los Martínez. Objetos como las películas exhibidas en aquel cine primigenio, fotografías o manuscritos formarán parte de la decoración del renovado establecimiento. De por medio, dos siglos de historia de Laguardia.