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Es bien sabido que Álava no tiene costa, pero Labastida ha demostrado que en su escuela pública pasan la mar de cosas. Hasta el punto de que su comunidad educativa ha inaugurado todo un faro en sus calles. El alumnado, sus familiares y ... el profesorado han protagonizado una invasión tan pacífica como artística de diferentes lugares al aire libre.
«Llevamos cinco años de transformación profunda del centro escolar», señala su director, Iñigo Beristain, abanderado de este aluvión de retratos en blanco y negro que ocupa diversos espacios públicos y edificios. El responsable educativo habla de identidad y de convivencia como algunos de los elementos clave, dentro de un proceso en el que «de vez en cuando hay que hacer algunos fuegos artificiales». Y Beristain –a la sazón, premiado fotógrafo– vio en la iniciativa internacional 'Inside Out' impulsada por el artista francés JR algo que, además de generar participación, resulta especialmente vistoso. De hecho, ya se ha desarrollado en 138 países, con 1.801 acciones grupales y un total de 415.938 retratos.
Para sumar los 129 rostros que iluminan 'El faro de Labastida' –como han bautizado la propuesta– el director del colegio se puso en contacto con la fundación que gestiona y coordina la iniciativa mundial desde Nueva York. «Vieron que encajaba en su visión», recuerda Beristain, que en principio deseaba poner en marcha esta galería al aire libre el 6 de junio del año pasado, la jornada de la escuela pública vasca. Pero la celebración se suspendió, al igual que la de este año. Y, ante la insistencia de la pandemia, ha sido la escuela de Labastida la que se ha impuesto y ha llevado a cabo por fin esta «acción de arte participativo».
En realidad, las acciones han de ser varias. Lo primero, las fotografías en blanco y negro «cuyo estilo de realización lo marca el proyecto: tienen que ser retratos con el fondo limpio, un poco como el formato para un carné», indica el director alavés. Después, se envían en formato digital a Estados Unidos y regresan ya impresas a medida.
En general, el tamaño de cada rostro es como un cartel. Pero hay un par de excepciones: por una parte, el bisabuelo de un alumno, que es la persona de más edad de la comunidad escolar, con 95 años, con una superficie de «8 metros por cinco y pico», según detalla el director. Y, en el otro extremo, se sale de la escala habitual «el niño más pequeño de la comunidad, que no llega al mes de edad».
Tanto el veterano como una madre, alumnos y el propio director aparecen en un vídeo que la escuela ha llevado a cabo para mostrar el proceso de creación de esta galería. Las fotos encoladas a las paredes, a veces con la ayuda de grúas, se asientan en los muros y ofrecen una perspectiva diferente y humanizada de las distintas arquitecturas.
El conjunto de imágenes permanecerá allí, en las calles de Labastida, hasta que las inclemencias meteorológicas decidan lo contrario. Por el momento, este trásnsito tormentoso entre la primavera y el verano parece no ayudar mucho.
Pero, como recuerda Iñigo Beristain, lo importante de verdad son otras cosas. Se trata de que los escolares «vengan con ganas de aprender y estén orgullosos del centro», que ya ha desarrollado otras apuestas en el campo de la cultura. Beristain recuerda, por ejemplo, que en el vídeo que han realizado aparece la canción 'Naizena naizelako', escrita por un músico y con letra de la comunidad escolar de Labastida. Y, a estas alturas del año, cierran el curso con una nota bien alta. Eso se ve.
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