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Les compraron rica uva de Rioja Alavesa con la promesa de pagarles a un precio entre 0,80 y 0,95 euros el kilo. Reunieron más de cuatrocientas toneladas. El problema es que luego la revendieron a 0,60 euros. Ese negocio ruinoso afectó a ... trece productores de la provincia y de la limítrofe Rioja que jamás vieron un chavo por su producto. La bodega que les prometió el dinero estaba radicada en Laguardia y durante meses les dio largas. Hasta que los afectados se cansaron de sus excusas y acudieron a la Justicia.
Casi ocho años después de aquella denuncia colectiva, a los dos responsables de la compra jamás abonada les tocó ayer -miércoles- dar la cara ante la Audiencia Provincial de Álava. El asunto se las trae porque les acusan de quedarse 364.500 euros de estas familias dedicadas en cuerpo y alma al vino. Con los intereses, el dinero a devolver sería de 450.000 euros.
Aparte, estos dos supuestos bodegueros se exponen a un máximo de diez años en prisión por un «delito continuado de estafa agravada» y otro de «insolvencia punible». El tercer implicado, la firma riojana que adquirió el género, se salió de la ecuación justo antes de empezar la vista al admitir su responsabilidad. Abonará 70.000 euros a los damnificados por este presunto timo.
Durante la primera sesión –hoy jueves habrá otra–, los señalados se echaron la culpa el uno al otro. El principal encausado, con otras sentencias condenatorias por hechos similares en su zurrón, incluso se quejó de que los denunciantes «vinieron a buscarme al colegio donde estudia mi hijo». Se escudó en que los precios bajaron en el peor momento. Insistió en que no hubo mala fe y que él, como gerente de la sociedad, dejaba la responsabilidad de la compra de uva a su socio. «Me entero cuando el cisco está montado», puntualizó enojado. Se mostró tan vehemente en algunas respuestas a la acusación particular –el letrado de las víctimas– que el juez Poncela tuvo que pararle los pies.
El segundo procesado era el comisionista encargado de negociar con los productores y vender luego su producto, a mayor precio se suponía, entre bodegas de la zona. Este hombre dijo que confió en el otro acusado, al ser el encargado de las cuentas. «Yo no gestionaba el dinero», aseveró. Supo que «algo iba mal» cuando «estas personas vinieron a mi casa y también a la de mis padres».
Estas versiones chocaron con las ofrecidas por varios perjudicados. «Nos reunimos con ellos para que nos pagaran lo adeudado y siempre nos dieron largas», alegó uno. «Un día hasta nos enseñaron un supuesto cheque de ocho millones de libras de una empresa británica», contó otro. Carecía de fondos. Las acusaciones creen que esta empresa de Laguardia, ya extinta, jamás tuvo liquidez.
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