
Día contra la violencia hacia las mujeres
El Juzgado de Violencia sobre la Mujer de Vitoria «no da abasto»Secciones
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Día contra la violencia hacia las mujeres
El Juzgado de Violencia sobre la Mujer de Vitoria «no da abasto»Son las 8.50 horas del viernes y Jesús de Abajo, titular del Juzgado de Violencia sobre la Mujer de Vitoria, ojea con detalle los ... atestados policiales recién entregados. «Hay una agresión sexual muy fea», anuncia con gesto preocupado. A las nueve en punto comienza un goteo por el mostrador de esta sala, encajada en una esquina de la tercera planta del Palacio de Justicia, que no decaerá hasta primera hora de la tarde. Abogados, víctimas, policías, sospechosos, testigos... La rueda de la violencia de género no para, como ha comprobado 'in situ' EL CORREO tras acompañar a este equipo judicial durante una de sus agotadoras jornadas.
Esta semana alcanzarán los 1.200 procedimientos abiertos desde el 1 de enero. Se quedarán a 163 asuntos de los registrados a lo largo de todo el año 2023. «Los superamos seguro. Cuando empecé en este juzgado, hace casi tres años, recibíamos una media de uno o dos nuevos casos cada día. Ahora, lo normal son cinco. Incluso ha habido bastantes guardias de seis denuncias», calibra el magistrado.
Un vistazo a la estancia da fe de ello. Montañas de expedientes se apilan junto a las paredes. No cabe un alfiler en las estanterías. Sólo en el despacho de este juez aún treinteañero habrá como unos trescientos expedientes por resolver.
A las 9.00 horas en punto, horario oficial de apertura del juzgado, Fernando, el auxilio judicial, coge la primera llamada. Empiezan a aparecer abogados del turno de oficio y agentes especializados para informar de los detenidos procedentes de los calabozos de la Ertzaintza y la Policía Local. A esta vorágine deben sumarse sus 14 declaraciones diarias sobre procesos abiertos de mayor o menor complejidad y cuya tramitación se alargará por espacio de hasta un par de años antes de que fragüen en una sentencia. «Tratamos asuntos muy sensibles que requieren de tiempo», ilustra Sonia Carrete, la letrada de la administración de justicia (antigua secretaria judicial) de esta sala. «Y mira en qué condiciones. No cabemos», proclama. De hecho, la jueza de refuerzo, Maite Aranzamendi, y una de los diez funcionarios de base trabajan en otras zonas ante la falta de espacio. «Son fantásticos. Sin ellos, esto se caería», les piropea De Abajo.
Los atestados policiales se han incrementado en un 3,3% este curso. Y han distorsionado su labor de control de los asuntos más graves, esos que precisan de visitas a la Unidad de Valoración Integral, cotejo de teléfonos y toma de declaraciones al entorno de los implicados. «El trabajo excepcional, que son los casos de la guardia (del día), se ha convertido en el trabajo ordinario porque nos ocupa buena parte de la mañana». Así que se han especializado en hacer malabares. «Lo primero es repartir el trabajo recién llegado entre mi equipo. De ahí pasas a las declaraciones programadas -que suelen ser de unos 15-20 minutos- y entre medias buscas huecos para estar con las víctimas, para que no esperen mucho», traza De Abajo. Los jueves y viernes también celebran vistas civiles, referentes a divorcios y custodias de menores.
Las órdenes de protección -y de alejamiento a los supuestos agresores, que son novios, maridos o exparejas- también crecen. Ya rozan las 350. «El 70% de las peticiones son favorables», estima el juez. «La víctima percibe que la estás protegiendo de modo inmediato, y a su vez generas un efecto llamada muy positivo para que otras mujeres denuncien».
1.200 procedimientos
desde el 1 de enero alcanzará esta semana el Juzgado de Violencia sobre la Mujer de Vitoria.
Con un perfil muy heterogéneo de víctimas, De Abajo destaca el aumento de denuncias entre chicas que acaban de alcanzar la mayoría de edad y mujeres que han rebasado los ochenta años. En este segundo grupo, «no suelen ser maltratos puntuales, sino que se trata de personas que han tenido durante toda su vida una situación de maltrato y que afortunadamente, con los medios que se están poniendo, se han atrevido a denunciar».
La falta de espacio les ha conllevado varios sustos. En los últimos meses, dos funcionarias fueron atacadas cuando trataron de mediar entre víctimas y agresores que se cruzaron. Otro sospechoso rompió una mampara y amenazó a los presentes con un trozo de cristal. Todos los componentes de este juzgado tuvieron que refugiarse en otras salas hasta que este hombre fue reducido.
Por eso, De Abajo solicita al Gobierno vasco y al central que dote a Vitoria de un segundo juzgado de Violencia sobre la Mujer. «Tenemos un problema estructural. Hacen falta más medios». Y se fijan en Pamplona, capital con menos población y número de casos que ya cuenta con dos.
La Ertzaintza detuvo el jueves a un treintañero acusado de haber violado a su pareja, de 17 años. El hombre, tras pasar noche en la comisaría de Portal de Foronda, fue puesto el viernes a disposición del Juzgado de Violencia sobre la Mujer. Hubo una toma de declaraciones a las partes. Tras escuchar ambos relatos y analizar los partes médicos, la Fiscalía optó por solicitar una orden de alejamiento para el sospechoso mientras progresa la investigación judicial. Si los indicios se confirman, habrá juicio en un par de años en la Audiencia Provincial de Álava.
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