Los jueces tumban 'Viñedos de Álava'

La sentencia, a cuyo contenido ha tenido acceso EL CORREO, tumba el proyecto de crear una etiqueta alavesa fuera de la denominación tradicional y podría atenuar la batalla del vino en un momento especialmente crítico por la crisis que asola al sector en la región y en todo el mundo.

Sólo un recurso del Gobierno vasco o de la propia ABRA -que también fue demandada por el Consejo Regulador- mantendría vivo el conflicto. Aunque todo apunta a que no será así. El nuevo departamento vasco de Agricultura acogía ayer con relativa frialdad el fallo, lejos de la encendida defensa del proyecto que en el pasado hacía el equipo de Arantxa Tapia. Y el portavoz de los promotores de la denominación alavesa, Emilio Aguillo, deja entrever en declaraciones a este periódico que seguir con la vía judicial es complicado.

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Para cancelar el proyecto alavés, la sentencia del alto tribunal se apoya en dos informes. El que suscribe el Ministerio de Agricultura recoge que «Viñedos de Álava presenta dificultades técnicas para prosperar» por incumplir la legislación europea al «ofrecer al consumidor exactamente el mismo vino bajo dos denominaciones distintas». Recuerda que la Denominación Rioja tiene registrada la marca 'Rioja Alavesa' desde el año 2000 y que la existencia de la denominación 'Arabako Txakolina' «puede confundir al consumidor medio». Además, cree que la marca Viñedos de Álava «no existe en el conocimiento popular ni tiene un prestigio o reputación previa». «Las denominaciones de origen no se crean, sino que se reconocen», incide.

El segundo informe al que se refiere el fallo judicial lo firman profesores de la Universidad de La Rioja, que advierten que Viñedos de Álava generaría un «perjuicio irreversible e irreparable». Frente a estos dos documentos, el Tribunal Superior subraya que ni Lakua ni ABRA han aportado «elementos o argumentos sólidos que rebatan las conclusiones de ambos informes».

Con estos argumentos las pretensiones de las cinco bodegas que impulsaron la iniciativa -Solar de Ayala, El Mozo Wines, Maisulan, Frías del Val y Laukote- se frustran de forma rotunda. Es más, desde la propia ABRA se optaba recientemente por otra fórmula para distinguir sus caldos pero sin salirse del marco legal de la Denominación Rioja; una nueva estrategia comercial enfocada al mercado vasco.

Por otra parte, esta misma semana se ha presentado Subsierra, una asociación con bodegueros familiares de ambas comunidades que supera las diferencias territoriales en favor de la calidad y alejados del ruido político que ha estresado al sector los últimos años. La producción ecológica es el filón al que ocho bodegas lideradas por Juan Luis Cañas fían su futuro.

En Logroño el Consejo Regulador de la DOCa Rioja acogía ayer con satisfacción el fallo del Tribunal Superior de Justicia. Sus responsables lo analizarán hoy en una comparecencia pública. Por su parte, el Gobierno vasco se topó con la sentencia justo cuando la consejera de Agricultura, la jeltzale Amaia Barredo, comparecía en el Parlamento para explicar las claves de sus presupuestos.

A la salida de la Cámara de Vitoria, Barredo se limitó a reconocer que el fallo era «desfavorable al Gobierno vasco y, por tanto, a Viñedos de Álava como denominación de origen». La titular del departamento avanzó que los servicios jurídicos del Ejecutivo estaban ya estudiando el contenido de la sentencia. «Una vez conozcamos con detalle en qué se ha basado y soportado para ese fallo, haremos una valoración y plantearemos si recurrimos en casación o desestimamos ya el proceso».

El ponente de esta sentencia es un viejo conocido para los letrados del Ejecutivo autonómico: el magistrado Luis Ángel Garrido, el mismo que tumbó varias de las medidas del Gabinete Urkullu durante el segundo estado de alarma por la pandemia.