El jurado considera culpable al asesino de Ander, que se enfrenta a prisión permanente revisable

Pasadas las nueve de la noche del jueves se leyó el veredicto en la sala presidida por la magistrada Ana Zulueta, quien deberá determinar finalmente la condena. Las deliberaciones se extendieron hasta esa hora desde pasadas las once y media de la mañana por parte de los ciudadanos del tribunal popular. La consideración del jurado en la línea de lo defendido por el fiscal abre la vía a la prisión permanente revisable. En el supuesto de confirmarse la pena, se trataría del segundo caso en la historia de Álava después de que la misma Audiencia condenara a Daniel Montaño por arrojar a la pequeña Alicia por la ventana de un piso en 2016.

El acusado Ismael M. se encuentra en prisión provisional desde el 26 de julio de 2020, tres días después de que se produjeran los hechos. A lo largo de las diferentes sesiones de la vista oral que se inició el pasado día 12 se citaron hasta ochenta declarantes. Los turnos de profesionales periciales -especialmente en las pruebas forenses- han sido determinantes para dar a conocer en audiencia pública la crueldad del autor. Ismael M. empujó a la víctima haciéndole caer de una altura de tres metros y medio, le apuñaló varias veces con una navaja, le arrastró «34 metros» por un suelo lleno de escombros, le golpeó con diferentes objetos y acabó con su vida dejando caer una piedra de gran peso sobre su cabeza. Posteriormente le hizo unas marcas en el abdomen con otro elemento punzante.

Amistad falsa

Según el encausado, todo se inició con una discusión. Ander e Ismael se conocían desde 2019 por compartir momentos de ocio. Sin embargo, esa relación poco tenía que ver con una amistad, ya que en diferentes ocasiones el procesado acosaba y abusaba de la víctima. De hecho, cuando su familia tuvo noticia del trato vejatorio, del que dieron cuenta diferentes testigos, intentó que se desligara de él y que intentara poner distancia de por medio. Sin embargo, estos allegados no pudieron evitar que esa relación continuase. Y si lo hizo fue en parte por la discapacidad que sufría el asesinado, ya que no podía evitar quedar «bajo amenazas» en muchas ocasiones con el que posteriormete acabó con su vida.

La sesión de ayer supuso la penúltima de un proceso muy duro en determinadas ocasiones, con una familia de la víctima rota emocionalmente desde aquellos fatales sucesos. En una de las jornadas aseguraron «no poder vivir» tras el asesinato de Ander. Como pobre consuelo les queda las indemnizaciones por los perjuicios y daños causados en todo este proceso. Esta cantidad se fijó ayer en 281.589 euros.

Y dureza también por asistir a la violencia que delataban las pruebas y la juventud de los implicados, víctima y verdugo. En todas las jornadas, este último apenas ha levantado la vista de un monitor situado en el centro de la sala, entre el jurado popular y las acusaciones, que retransmitía imágenes en directo de la propia vista.

El juicio se inició el pasado miércoles con el fiscal Manu Pedreira invitando al jurado a «reconstruir» lo que había ocurrido en base a los hechos. «No vamos a pedir criterio jurídico, vamos a pedir que valoren las pruebas y saquen conclusiones», comentó al inicio de la vista oral. A la jueza Ana Zulueta le toca poner el punto final al proceso con la calificación de la pena.