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Sin incluir a Vitoria, en Álava tan sólo hay 66 sucursales bancarias abiertas que deben de dar servicio a 50 municipios y más de 75.000 habitantes. La crisis y, sobre todo, la apuesta de las entidades financieras por limitar las operaciones que se ... pueden realizar en ventanilla centrando su negocio en internet han hecho que un centenar bajen la persiana. Un retroceso tan potente que ha colocado al territorio histórico a nivel de Ourense, Zamora, Guadalajara o Teruel. Una cuestión que, como evidencian los alcaldes de la zona rural es un motivo más que empuja a sus vecinos hacia los grandes núcleos poblacionales y consigue vaciar la zona rural.
Un fenómeno tantas veces denunciado que este viernes se debatió en las Juntas Generales que lejos de empezar a tomar medidas se limitó a aprobar -por la mayoría absoluta que suman el PNV y el PSE- la realización de un estudio, uno más, para hacer una relación de las «oficinas físicas, cajeros o atención presencial por parte del personal de las entidades bancarias». Diagnosticar antes de buscar un tratamiento. Y eso que las denuncias cada vez son más evidentes y se amontonan en las mesas de los responsables políticos. La regidora de Asparrena denunció esta misma semana que la única sucursal del municipio abre un único día a la semana, pero a esta situación se suman el precario servicio en Zambrana, Rivabellosa, Espejo y -entre otros- Pobes o el inexistente en Kuartango, La Puebla de Arganzón y Fontecha.
La propuesta fue presentada por Ana Salazar, juntera del PP residente en la cuadrilla de Añana que evidenció que «hay gente que tiene que recorrer 20 kilómetros para poder sacar dinero y es un fenómeno que se está dando tan poquito a poco que muchos no llegan a percibirlo». «Hay que pasar a la acción. Aunque soy consciente de que se trata de entidades privadas, creo que tenemos que tomar iniciativas desde las instituciones públicas», comentó. David Rodríguez, de Podemos, alertó de que es una situación que «si no se le pone freno» irá más hasta quebrar el equilibrio territorial.
«Lo que tenemos que hacer es conocer la realidad en su conjunto y no ponernos a improvisar. Crear un inventario no es perder el tiempo», justificó la juntera del PNV Joana Eguíluz. La jeltzale subrayó que «en los países nórdicos que ustedes tanto ponen como modelo el 95% de las operaciones se realizan a través de internet» El socialista Alain Coloma, por su parte, consideró «baldío luchar contra la corriente» de la banca online. «La receta no puede ser la natural resistencia al cambio, sino las medidas a la adaptación», comentó el representante del PSE.
«Esto ya es un chiste. ¿Saben qué deciden hacer los políticos cuando no saben qué hacer? Un estudio», ironizó Iñaki Ullibarri, juntero de EH Bildu. Criticó que los grupos que sustentan al Gobierno foral no critiquen la actitud de los bancos y evidenció que «a las personas mayores no les puedes decir que deben empezar a utilizar la tarjeta cuando van a la panadería». Sin embargo, él no ciñó el problema por el cierre de oficinas a la zona rural y expuso los casos de los barrios vitorianos de Coronación, Arana o Abetxuko, donde los bancos han cerrado muchísimas de sus sedes en años recientes.
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