Siete meses después del fatídico accidente provocado por una carrera ilegal en Júndiz y que se cobró la vida de Cristian e Izaro, el Ayuntamiento de Vitoria aún no ha instalado las anunciadas cámaras de seguridad con las que controlar y evitar nuevos episodios. El Consistorio confirmó, a la semana siguiente del trágico suceso, la adquisición de estos dispositivos de vigilancia precisamente para «disuadir» a los participantes de esta peligrosa práctica. Sin embargo, por el momento aún no se ha fijado fecha -el último traspiés fue un fallo técnico- para sacar a licitación la compra e instalación de los equipos.
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Pocos días antes del accidente, este periódico adelantó la instalación de 17 cámaras con inteligencia artificial en distintos puntos de la ciudad con las que «detectar objetos, vehículos -por su matrícula o modelo- y personas» y así reducir el tiempo de respuesta policial ante cualquier delito. Es más, se pospuso la compra de pistolas táser para la Policía Local al «priorizar», según explicó el concejal de Seguridad, Iñaki Gurtubai, la instalación de cámaras de altas prestaciones, sobre todo en el Casco Viejo y en el Ensanche, y el sistema informático que da soporte a la Guardia urbana.
El Consistorio planteó incluir la compra de 6 equipos dentro del contrato de las 17 instaladas en Vitoria
La intención era que este sistema de vigilancia estuviese operativo en verano, como finalmente así ha sido. El escenario -al tratarse de cámaras y contar con varios meses de margen hasta su instalación- se presentó como una oportunidad para tratar de modificar el contrato y estudiar la posibilidad de reubicar alguno de esos dispositivos en el polígono industrial de Júndiz. Sin embargo, la propuesta se frenó en seco.
Descartados los badenes
Técnicamente, y en base a las estipulaciones del contrato, no era viable ni suponía la mejor solución para el problema, por lo que se optó por una contratación al margen. Esta, sin embargo, por el momento no se ha sellado. «Aún no está cerrado, se sigue trabajando en ello», apuntan fuentes municipales.
Lo que sí se descarta es la instalación de badenes. Estos elementos incomodan el trabajo de los transportistas. No hay que olvidar que Júndiz es además el mayor parque industrial de Euskadi.
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