Juicio en Vitoria | Delitos sexuales

«Me ha destrozado la vida. Tengo miedo de que me toquen»

Por la sala de vistas de la Audiencia han pasado casi una decena de personas. El acusado, que se ha presentado como víctima de una supuesta novia acosadora, varios peritos forenses que han apreciado un caso crítico de violencia de género; una conocida de la pareja; y la víctima. Su testimonio ha estremecido a los presentes.

Esta mujer -a veces con la voz entrecortada, otras entre sollozos, pero siempre con un hilo argumental sólido- ha relatado a lo largo de una hora cómo una persona normal puede acabar sometida hasta extremos insospechados. Inició una relación sentimental con el investigado en 2016. Tres años después nació su hijo, aquejado de una enfermedad rara, una discapacidad del 55% y 60 ingresos hospitalarios acreditados. Entremedias mediaron los malos tratos. Psicológicos y físicos. Hubo idas y venidas en esta relación intermitente, siempre marcadas por los deseos de este hombre.

«Si no mantenía relaciones con él o no hacía lo que quería, se negaba a firmar nada para los tratamientos de mi hijo», ha explicado. Hubo una primera denuncia saldada con una orden de alejamiento, que pronto quebró. Durante año y medio vivió protegida por un escolta, lo que da una idea de la gravedad de este caso. «Sólo he denunciado el 1% de lo que me ha hecho este señor».

En junio de 2022, durante el cumpleaños de su hijo en común, ha descrito la denunciante, este hombre se las ingenió para subir a su casa. Una vez dentro, «me tiró a la cama, me agarró del cuello y pensé que iba a morir porque tenía dificultad para respirar», ha contado muy afectada. Tardó semanas en denunciar aquella violación. ¿Las razones?. «Estaba aterrorizada. Sentía miedo y vergüenza».

Esta mujer ha explotado con una de las preguntas de la defensa sobre la veracidad de su testimonio. «Me violó, míreme. Me violó. Ojalá no hubiera pasado». A día de hoy sigue medicada. Ha dejado las visitas al médico porque «me da miedo salir a la calle y encontrármelo». Apenas abandona su vivienda y nunca se aleja más de 200 metros de su portal. En este contexto ha dejado otra frase demoledora: «Me ha destrozado la vida. Tengo miedo de que me toquen. No soy capaz ni de que me abracen mis amigas, y mucho menos tener ningún tipo de relación», ha compartido.

Como es habitual en la violencia de género, no hubo testigos directos. Sin embargo, los expertos de la Unidad de Valoración Forense Integral han avalado su versión. «Todo su comportamiento está mediatizado por la idealización de conseguir una familia de tipo tradicional y que hubiera una buena relación entre el padre y su hijo», han asegurado.

El procesado, por su parte, la ha dibujado como una mujer «celosa» y se ha presentado como poco menos que una víctima de acoso. Sin embargo, los expertos forenses han rechazado esta opción.

La sentencia de los magistrados Jesús Poncela, Elena Cabero y Francisco García Romo se espera para finales de año.