La jueza ratifica los diez años de prisión para el autor del crimen de la calle Flandes

De esta manera, el fallo de esta jueza de la Audiencia Provincial de Álava no será recurrido al Tribunal Superior de Justicia del País Vasco por ninguna de las partes personadas e incluye alguna cláusula más. Por ejemplo abre la posibilidad a que el ya condenado sea deportado a su país, Marruecos, y no pueda regresar en una década. La Fiscalía, la acusación particular y la defensa apalabraron que este destierro se acometiese al cumplir cuatro años en la cárcel de Zaballa. Es decir, a partir de 2025 ya que permanece en prisión preventiva desde el 13 de febrero de 2021. Y todo indica que esta previsión se cumplirá.

También le impone la jueza Zulueta una indemnización global de 350.000 euros para los padres y los dos hermanos de la víctima, que sólo contaba 18 años en el momento de su acuchillamiento mortal en el barrio de San Cristóbal. «Se trata de una multa más bien simbólica porque Zakaria carece de ingresos conocidos y jamás podrá hacer frente a semejante desembolso», asumen medios judiciales consultados por este periódico. Es la misma conyuntura que se da con Javier Rubia, el asesino de María José Bejarano y su madre, a quien la Audiencia impuso un millón de euros de compensación para los familiares hace ahora un mes.

La sentencia que timbra legalmente el crimen de la calle Flandes concluye que a víctima y agresor, que en agosto cumplirá 29 años, les unía un tormentoso vínculo. Mohamed mantenía una relación sentimental con la exnovia y madre de la hija de Zakaria. «Se deduce que actuó con intención de matar a Mohamed puesto que que sus relaciones previas eran malas e incluso habían discutido en días previos. El acusado utilizó una navaja para agredir a la víctima, se la clavó en una zona vital y abandonó el lugar inmediatamente después de los hechos, sin auxiliar a la víctima», reza el texto.

En la primera jornada del juicio con jurado, desarrollada el 28 de marzo, Zakaria dijo que quiso huir pero que tuvo que retornar a su habitación en la calle Flandes a por su móvil, que dejó cargando. «Si no vuelvo no me pillan», declaró en un alarde de sinceridad. Al tercer día de vistas orales, y ante la contundencia de los testimonios y evidencias en su contra, este joven con antecedentes penales aceptó el trató alcanzado por su abogado, que es el mismo que ha validado ahora la jueza. Declaró que tuvo «intención» de matar a su víctima, a quien asestó una puñalada a la altura del corazón.

¿Y la razón del ataque? El instructor de la Ertzaintza señaló ante el jurado popular que «la novia de la víctima mantenía una relación paralela con los dos, intentando que no lo supieran. Ellos se dan cuenta y empiezan las disputas. Hubo alguna pelea previa hasta la pelea final».