El asesino de la niña Alicia se convierte en el primer condenado a prisión permanente de Euskadi

También le impone otros siete años y medio de cárcel por la tentativa de homicidio sobre Gabriela, madre de la pequeña, quien la noche de autos –la madrugada del 25 de enero de 2016– logró salvarse tras defenderse de su atacante, quien trató de lanzarla al vacío también a ella.

El juez firmante del fallo impone asimismo a Montaño una indemnización de 130.000 euros a Gabriela y otros 100.000 euros a Carlos, el padre biológico de Alicia.

Aunque se trata de la primera prisión permanente revisable en la comunidad autónomica, no es la primera vez que se aplica en el país este pena, la máxima que contempla el Código Penal y que está en entredicho por su similitud a una cadena perpetua. Hay dos precedentes en el resto de España. En Galicia y en Canarias.

La primera data del verano de 2017. Afectó a David Oubel, conocido como 'el parricida de Pontevedra'. Asesinó a sus hijas, de 4 y 9 años, con una sierra eléctrica. La segunda fue dictada esta primavera por la Audiencia Provincial de Santa Cruz de Tenerife contra un joven por matar en 2016 al abuelo de su novia. La de Daniel Montaño es la tercera.

El magistrado Poncela tenía el complejo cometido de traducir en un número concreto de años el veredicto del jurado popular emitido hace once días. El jueves 14 las seis mujeres y tres hombres elegidos para este cometido le consideraron culpable de asesinar a la niña Alicia y de intentarlo con su madre, Gabriela. Y determinaron que sabía lo que hacía. Que tampoco hubo alucinaciones ni nada parecido, como manifestó la defensa. Lo aprobaron por nueve votos de nueve posibles. Sin fisuras. Un fallo por unanimidad. El segundo seguido en Álava, tras la sentencia al asesino de la dueña del bar Bugatti. Fuentes judiciales destacan la rapidez del fallo del juez, sólo once días después.

Montaño, profesor de saxofón, exmiembro de la Banda Municipal de Vitoria, pasará de esta manera un mínimo de 25 años a la sombra antes de que revisen su expediente. Ya ha cumplido casi dos.

La decisión de Poncela vuelve a dejar en entredicho los argumentos de la defensa de que el músico sevillano tuviera sus facultades mentales «afectadas» en el momento de los hechos. En su testifical, Daniel declaró que vio «al diablo» en Gabriela, a «la semilla del mal» en Alicia y que las agredió para «evitar el fin del mundo».

Pesó más en la resolución popular y en la del juez, con una larga trayectoria en los tribunales, el mensaje enviado por a la madre media hora antes de la tragedia, en el que le pedía sexo oral. O la declaración de los dos ertzainas que le prendieron, a quienes dijo que «he matado a las dos, a la madre y a la niña». Nada dijo de las visiones.

También ha pesado mucho el diagnóstico de trece forenses y psiquiatras. Los profesionales sí vieron un trastorno de personalidad en este sevillano de 33 años. Pero desecharon la hipótesis mantenida por la defensa y los dos peritos contratados por los padres del condenado. Estos refirieron una «esquizofrenia paranoide no diagnosticada» o una «psicosis cannábica» por fumarse un porro esa noche.

El letrado de la defensa ya anunció el mismo día 14, cuando el juzgado anunció su decisión, que presentará un recurso a una instancia superior, en este caso al Tribunal Superior de Justicia del País Vasco. De no prosperar, aún le quedaría la opción del Supremo. Tras este fallo oficial, todo indican que seguirán esta vía.

En declaraciones a este periódico, Carlos -el padre biológico de la pequeña- ha señalado «por dura que pueda resultar la condena, nada puede devolverme ni a mí ni a Gabriela a nuestra hija de 17 meses». Asimismo, este joven burgalés ha señalado «lamentablemente los asesinatos de las últimas horas justifican que las penas por estos delitos sean así de contundentes».