¿Cómo eran los juguetes de nuestros abuelos?

«Muchos de estos juguetes fueron realizados por encargo para niños de la escasa burguesía de la época», señalaba José Antonio Quiroga, que junto a su esposa Covadonga Monte gestiona los Fondos Quiroja-Monte, una de las más reconocidas colecciones de juguetes a nivel europeo. Pasear por el espacio de la calle Postas supondrá para muchos un regreso a la niñez durante estas Navidades y es que uno de los objetivos de la muestra es encender esos recuerdos entre los adultos.

Entre el centenar de objetos destacan las muñecas. Hay Peponas de los años 30 de cartón piedra, una Cayetana de 1946 o una Gisela de 1943, con un sistema automático de lloro y creada para competir con la popular Mariquita Pérez. «A los niños de hoy en día les sorprende mucho ver muñecas tan 'gordas' porque están acostumbrados a unos modelos mucho más delgados tipo Barbie o con curvas pronunciadas», apuntaba Quiroga, que añadía que los primeros ejemplares alcanzaron en las tiendas la cifra de 107 pesetas en un momento en el que el sueldo mensual de un obrero podía estar en torno a las 150 pesetas.

Entre las piezas más antiguas de la muestra se podrán observar un carrusel de estaño pintado a mano y un buque de guerra de hojalata, ambos de 1880. Y aunque la comunidad de Valencia era la zona en la que más se fabricaba del país también hay algunas piezas con sello vasco. Entre ellas destaca un futbolín de hojalata, madera y papel fabricado por la empresa de Esteban Sanchiz Bueno en Vitoria en la década de 1950.

«Hay que recordar que hasta bien entrados los 70, los juguetes pagaban un impuesto de lujo», explica el coleccionista. A finales de esa década ya más niños podían acceder a ellos y aparecieron los Madelman y los Geyperman, que alcanzaban los 30 centímetros de altura. Entre las niñas triunfaban las Nancys, y en el año 1972 se emitía por televisión el anuncio que incluía la canción 'Las muñecas de Famosa se dirigen al portal...', que perdura todavía en el imaginario colectivo.

La exposición, que cuenta con el diseño de Fernando Martínez de Viñaspre, se podrá visitar de lunes a sábado de 18.00 a 20.30 horas y los domingos y festivos también de 12.00 a 14.00 horas.