Juan Carlos Pérez: «Todos podemos llegar a ser personas tóxicas dependiendo del momento»

- Continuamente escuchamos hablar de personas o relaciones tóxicas, ¿pero qué es en realidad un individuo tóxico?

- Es un término más bien coloquial que académico o científico. Realmente no hay personas tóxicas sino que todos podemos llegar a serlo para según qué personas y en según qué momentos. Sí que es cierto que hay individuos más propensos a comportamientos malintencionados, al abuso de poder o a mostrar agresividad o desprecio. Cualquiera podemos convertirnos en una persona irritante, molesta o que atenta contra la autoestima, tranquilidad y valores del otro.

- ¿Cuáles son los estilos de personalidad más propensos a esos comportamientos peligrosos?

- Los que tienen que ver con la llamada personalidad oscura, un término científico reciente. Con comportamientos maquiavélicos, manipuladores, psicópatas, narcisistas o despreocupados por el bienestar ajeno. Es importante destacar que todos tenemos un grado de personalidad oscura: un 5%, un 10%... o un 80%, y entonces nos convertimos en alguien tóxico.

- ¿Qué hacer cuando nos encontramos ante un individuo como los que describe?

- Es fundamental aprender a defender nuestros propios derechos porque es habitual que ante personas así uno termine cediendo en beneficio del otro. Tenemos que saber regular nuestro estado emocional para hacer más llevaderas este tipo de situaciones. Tal y como regulamos la temperatura del agua de la ducha, tratar de que nuestro estado emocional tenga determinada temperatura o intensidad.

- ¿Puede ser una solución alejarse de esa persona?

- Sí, la evasión es una solución, pero la más sencilla. Otra es anticipar el grado de compromiso que se establece con ciertas personas, si ya ves por adelantado que tienen cierto perfil peligroso es mejor no comprometerse y evitar algunas tareas comunes. La ciencia ha demostrado que con el paso de los años aprendemos a regular mejor nuestras emociones porque evitamos situaciones que sabemos que son problemáticas.

- ¿A qué peligros nos enfrentamos si no resolvemos una relación dañina para nosotros mismos?

- Te puede afectar como mínimo a dos niveles. Por un lado, a tu bienestar, que va mermándose diariamente ya que hay personas que se aprovechan de ti y esto te genera frustración, enfado o problemas de autoestima. Por otro lado, a nivel comportamental puede hacer que no te embarques en acciones o empresas a las que sí te atreverías si tuvieras el apoyo de los que te rodean.

- ¿Cómo podemos ayudar al causante de ese malestar para que no genere más perjuicio?

- El cambio de una persona siempre viene por uno mismo, uno tiene que querer cambiar pero primero se tiene que dar cuenta de que tiene algo que mejorar. En ese sentido, podemos abrirles los ojos a las personas tóxicas. Podemos hacerles ver que sus acciones tienen unas consecuencias de las que quizás no eran conscientes, pero el proceso no puede ser de golpe sino poco a poco. Por su parte, irán tomando consciencia de que su actitud puede resultar exitosa a corto plazo pero que a la larga se van a quedar solos. Igual prosperan en ciertos entornos, pero a la larga no son personas felices.

- En el segundo de los cursos programados por la Escuela de Inteligencia Emocional abordarán las emociones de las personas mayores, ¿qué las diferencia de las del resto de la población?

- Será un curso especialmente innovador porque el desarrollo emocional de las personas mayores es un tema poco estudiado todavía. Cada vez vamos a vivir más y queremos hacerlo en mejores condiciones. Sus características emocionales son muy particulares porque algunos incluso han visto fallecer a sus propios hijos. Comprenderlas es fundamental a la hora de tratar con ellos.