Gardélegui en la Hiru Haundiak
SE NON É VERO... ·
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SE NON É VERO... ·
Nos encontramos ante un vertedero interminable que crece día a día, año tras año, sin que parezca tener fin, a punto de convertirse en un nuevo hito que hollar para el montañismo localSE NON É VERO...
juan carlos alonso
Recuerdo hace años cuando fui a visitar Las Médulas en León. Por si no lo conocen, se trata de un entorno paisajístico de lo más curioso formado por una antigua explotación minera de oro romana. Lo que más ... llama la atención contemplando aquel espacio tan especial es la capacidad del hombre para transformar el paisaje.
El paisaje resultante, el que puede verse hoy, es fruto de las modificaciones que causó la explotación minera para la extracción de oro, desde la desaparición de montañas enteras, a la creación de otras nuevas por amontonamiento de tierras y lodos. Como por arte de magia, donde había una montaña no se veía sino un llano, y donde en tiempos hubo un valle ahora aparecían una sucesión de colinas.
No me pregunten por qué, pero tras escuchar las explicaciones del guía pensé en Vitoria inmediatamente. Y más concretamente en Gardélegui y en su vertedero interminable. E imaginé el mismo mirador de Las Médulas ubicado sobre los montes de Vitoria y al mismo guía explicando a un grupo de turistas del año 2222 que donde ahora veían una montaña antes había un valle. Y que la nueva montaña, ahora la más alta de Euskadi, era un colosal amontonamiento de desperdicios en pleno corazón del sur vitoriano.
Nos encontramos ante un vertedero interminable que crece día a día, año tras año, sin que parezca tener fin, a punto de convertirse en un nuevo hito que hollar para el montañismo local. A tal punto que a poco que nos esforcemos obligará a cambiar la carrera de Los tres grandes –Hiru Haundiak- haciendo doblar la rodilla al Gorbea para dejar paso al monte neonato de Gardélegui como primera cumbre del Territorio alavés. Al paso que va la burra superará en altura al resto de montes vascos, elevándose hacia el cielo como un gigantesco Moai dedicado a la sostenibilidad ambiental.
A mayor abundamiento, en unos pocos años nuestro neo-monte Gardelegui deberá albergar en su seno nuevos sarcófagos donde confinar el fibrocemento retirado de las viejas construcciones. En Euskadi se ha decidido que cada territorio se las componga como pueda con sus desechos peligrosos, como si este problema se solucionara por el simple hecho de trocearlo.
Hay que reconocer que esta curiosa política ambiental ha generado ya de facto un nuevo ecosistema posindustrial. Avifauna de lo más variada, como gaviotas y cigüeñas, junto a un variado elenco de fauna residente han encontrado en la Vitoria Verde, y en el sur en particular, el predio donde alimentarse y anidar para sacar adelante su prole. Nuevos okupas, nueva fauna, para estos nuevos y atribulados tiempos de detritos. Mientras tanto, el Gobierno vasco de la todopoderosa Tapia le da un capón a la diputada foral alavesa de sostenibilidad por plantear en este momento la hipótesis de trabajo de una alternativa al vertedero vitoriano. A quién se le ocurre iniciar este debate a dos telediarios de la campaña electoral de las autonómicas. Si es que a estas alavesas no hay quien las aleccione.
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