Son los principales ojos de la Fiscalía de Menores en las calles de Vitoria. La Unidad de Menores de la Policía Local, el único grupo especializado en Álava en este campo, acumula meses en que «no damos abasto». Cada semana, responsables de institutos, colegios e ... ikastolas telefonean a la comisaría de Aguirrelanda en busca de ayuda. Posibles casos de trapicheos de drogas mal llamadas blandas, agresiones a alumnos o acosos suelen ser las causas más repetidas de sus demandas.
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«Hay mucho más trabajo», asumen desde esta unidad pionera. Por citar varios ejemplos recientes. Estos agentes especializados afrontan situaciones de adolescentes que, en los recreos o a la salida de clase, se dedican a vender pequeñas cantidades de «marihuana o hachís» entre sus compañeros. «Esta práctica está más extendida de lo que pensamos. Cada semana recibimos un mínimo de un aviso», apuntan. «Generalmente el 'ideólogo' se vale de otros chicos más maleables», destacan efectivos municipales.
En estos primeros nueve meses de 2023, estos policías -que actúan de paisano y son los primeros en detectar posibles bandas- han intercedido en ataques grupales o palizas de cuadrillas de inadaptados a víctimas que pueden sufrir graves secuelas psicológicas. En este sentido ha habido «quedadas para buscar a otros alumnos al acabar la clase». En una ocasión se incautó un cúter a un chico menor de edad. En las fiestas de un barrio, media docena de ellos apalizó a otro. Les pillaron porque a uno se le cayó el móvil.
Hace unas semanas, este grupo de la Policía Local interceptó a cuatro chavales que se colaron en un instituto para robar «medio centenar de libros». Se desconoce qué querían hacer con semejante mercancía. Los asaltos a las salidas de las tiendas de chucherías son frecuentes. Hay actas abiertas en el centro, Zaramaga, Judimendi, Santa Lucía, San Martín... Dicho de otro modo, en la práctica totalidad de distritos de la capital alavesa.
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Quizá el asunto más peliagudo en la actualidad corresponda a una menor que «está aterrorizando» al barrio de Zabalgana. Esta chiquilla de doce años sería la responsable de varias agresiones a otros menores del lugar. Incluso circula un vídeo con alguna de sus fechorías. Sin embargo, la solución a corto plazo se antoja compleja debido a que es inimputable hasta que alcance los catorce años de edad.
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