El Jardín de Santa Catalina, ubicado en la pequeña localidad de Trespuentes, en Iruña de Oca, será declarado Conjunto Monumental. El Gobierno vasco ultima el expediente para proteger un complejo que incluye la torre primigenia, la iglesia, la casa palacio de los Iruña, el convento ... y el claustro, así como los aljibes exteriores de la infraestructura hidráulica y su entorno inmediato. Su perímetro incluye el camino de acceso al conjunto desde el aparcamiento y zona de picnic en su extremo este. En total, cerca de cinco hectáreas. El alcalde de Iruña de Oca, Michel Montes, no ha ocultado su satisfacción al conocer la noticia. «Llevamos años trabajando para lograr esta declaración. Ahora podremos acceder a las ayudas que nos permitirán continuar el trabajo», ha señalado.
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El conjunto quedó completamente destruido tres la primera guerra carlista en 1836 y, desde entonces, el fabuloso espacio cayó en el olvido y el abandono se fue adueñando del lugar hasta que sus edificios terminaron cayéndose. En el año 2000, el Ayuntamiento compró los terrenos y empezó una tarea de restauración. También se realizaron excavaciones arqueológicas que sacaron a la luz el claustro del convento. Las ruinas se han complementado con un gran trabajo de recuperación botánica.
Mientras sigue el trámite de creación del Conjunto Monumental, el Ayuntamiento está «a punto de iniciar el concurso para hacer las obras financiadas por los fondos europeos», ha avanzado el alcalde. Sólo que ahora, será la Diputación alavesa quien tenga que revisar el proyecto, que ya está redactado, debido a la protección que afecta a la zona, para empezar la ejecución.
La inversión asciende a un millón de euros. «Mientras se hace la obra y siempre que sea posible, mantendremos las actividades que organiza la Asociación de Amigos del Jardín, como el año pasado, con algunas visitas guiadas», ha aclarado Montes, dado que el jardín está cerrado al público. Los fondos Next Generation servirán para disponer de una recogida de aguas pluviales que abastezca al sistema de riego. Se trata de un mecanismo similar al que ya se construyó en la Edad Media, que sigue oculto a la vista y que cuenta con pequeños acueductos que recogen el agua de las escorrentías en el subsuelo para llevarla a los aljibes que rodean el complejo. La obra incluye también algunas placas solares, un punto de recarga de coches eléctricos y cámaras de vigilancia en varios puntos del parque para la observación de la fauna.
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«Queremos abrir cuanto antes», ha avanzado Montes, aunque no se ha atrevido a precisar la fecha porque «las obras se prolongarán entre cuatro y seis meses y tenemos que adjudicarlas».
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