Itziar Ituño se atreve con el alemán en 'Bidaia', espectáculo musical que se estrena en Vitoria

El origen del espectáculo parte precisamente del contacto del compositor alemán con Ituño. Éste le propuso cantar un tema tras saber que la intérprete también era vocalista en formaciones musicales como Dangiliske. «La conocí porque mis hijos me dijeron que viera 'La Casa de Papel'», ha admitido Englert este jueves en una rueda de prensa previa al estreno en el País Vasco de la función. A Engler le llamó especialmente la atención la forma en el que el folklore vasco seguía formando parte incluso del repertorio de una actriz tan popular, sobre todo en contraste con cómo en Alemania los temas de este género habían dejado de ser tan populares. «En mi país el nacionalsocialismo ha usado la tradición y el folklore y hemos perdido esa conexión con las raíces. No se canta ni baila con tanto orgullo», ha desvelado el compositor, que trabaja como director en el Theatre der Stadt Aalen, al sur de Alemania.

«Hace tres años no sabía nada de la cultura vasca y es un tesoro desde mi punto de vista», destacó. La gran sorpresa para Englert fue escuchar unos ritmos que no tenían tanto que ver con el flamenco, al que asociaba toda la tradición musical española. Le resulta curioso que sobre las tablas todo suena a pop-rock pero bebe de la tradición vasca. Del zortziko, el 'trikipoteo' o las romerías. Y lo más particular es que hay letras de canciones en alemán. «Al principio pensé que era un proyecto que no iba aceptar. ¿A dónde voy yo cantando en alemán?», recordó Ituño entre risas acerca de esa primera impresión cuando le llegó la propuesta a través de su manager.

La suma de Alos Quartet, grupo compuesto por Xabier Zeberio, Francisco Herrero, Lorena Núñez, Alejandro Martínez e Iván Alzate; los bailarines Amaia Elizaran, Eneko Gil y Gorka Durán, la percusión de Dominik Englert y la guitarra de Jonas Schmid completan la formación en un directo en el que llevan el peso como voces Ituño y Englert. Una mezcla que a la violista Lorena Núñez le hizo dudar de si saldría adelante. Unas duda que quedaron despejadas el pasado 21 de julio, con el estreno del montaje en el Festival del Castillo de Kapfenburg.

Agurtzane Intxaurraga, responsable de la dirección de escena y de la dramaturgia, ha admitido que levantar este montaje supone «salir de la zona de confort», ya que a los participantes los separaban más de 1.000 kilómetros. Parte del montaje se empezó a gestar en el Colegio Alemán de Bilbao. Más tarde pasaron una semana en Alemania. «Fue decisiva para que las capas de luz, de sonido, de atrezzo, entrara a la perfección. No solo para acabar de la dramaturgia que ya habíamos perfilado», ha comentado Intxaurraga, que ha mencionado que la vivencia fue «como pasar por un udaleku».

«Fue importante esa semana de convivencia porque después al subir al escenario te encontrabas con miradas cómplices todo el tiempo. Es algo que te da tranquilidad», ha afirmado Ituño acerca de una pieza en la que se menciona a grandes viajeros como Ellen Mc Arthur o Gilen Humboldt. El tema de la obra es el «viaje» en un sentido amplio. «Las canciones tocan diferentes emociones y las instrumentales son las bisagras del espectáculo».