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«Es un estafador que me engañó en Wallapop. Me envió un dni falso para que me confiara. En cuanto le mandé el dinero por bizum no volvió a dar señales de vida». Es el testimonio de una víctima del veinteañero vitoriano investigado por estafar ... presuntamente «a más de 70 personas por todo España». El miércoles, efectivos de la Policía Nacional le tomaron declaración en la comisaría de Betoño, en calidad de detenido, para responder por uno de los múltiples requerimientos judiciales que arrastra. Poco después quedó en libertad, pero con un nuevo cargo del que deberá responder en un juzgado.
Según medios judiciales, desde hace un par de años ha acumulado «decenas de denuncias» por ofrecer un amplio abanico de artículos tecnológicos en plataformas digitales de segunda mano, cobrarlos y desaparecer. En especial, en Wallapop, donde se concentra la práctica totalidad de las víctimas que han dado su identidad en comisarías y juzgados de varias provincias. Muchas de ellas se circunscriben a municipios de Madrid. No constan afectados en Álava.
La Guardia Civil acumula «medio centenar» de expedientes con su nombre. Mientras que en la Policía Nacional rozan «la veintena». Los perjudicados hablan de pagos de «hasta 2.000 euros» por productos que jamás llegaron a sus hogares. La mayoría de esos supuestos timos informáticos rondan los 500 euros. Y es que a este veinteañero –«de buena familia»– le asocian con una propuesta ficticia de un portátil. Se trata de una estafa típica en las redes pero que, no por conocida, sigue siendo muy efectiva.
Desde 2021 podría haberse embolsado de gratis «alrededor de 30.000 euros tirando por lo bajo», cuantifican fuentes conocedoras del caso.
«Es un autentico estafador bien hablado. Si nos juntamos los timados igual podemos hacer algo», puntualiza otra de las personas que ha acudido a la Justicia en busca de soluciones. En páginas web de afectados, su nombre y apellidos se repiten con asiduidad. Al menos un par de perjudicados están tratando de aglutinar a un buen número de víctimas para lanzar una cruzada legal conjunta.
Porque durante los últimos meses se han acumulado las causas en su contra, lo que da cierta idea de una voracidad que no habría cesado pese a ser pillado en varias ocasiones. «Se han cursado órdenes de detención, averiguaciones de domicilio y reclamaciones judiciales contra él», constatan los medios consultados. «Ya ha tenido alguna visita puntual a la cárcel», deslizan.
«La cuestión con estos delincuentes multirreincidentes es que con las primeras condenas suelen librar del ingreso en prisión porque se trata de penas mínimas. Pero llega un momento en que entran sí o sí y por periodos bastante largos», describe un penalista sondeado por EL CORREO.
«A mi me da igual lo que pase con este chico. Tan sólo quiero que me devuelva mi dinero y que, por supuesto, no vuelva a timar a nadie más porque te hacer sentirte tonto», cierra uno de sus perjudicados.
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