Vitoria

Investigan a una camarera por robar 180.000 euros de un bar-restaurante durante los últimos meses

Según fuentes internas de la Policía Local, a media mañana de ayer, miércoles, descubrieron por fin a ese presunto ladrón. Ladrona más bien. Una de las responsables del establecimiento hostelero vio cómo la empleada se guardaba dinero de las vueltas. A partir de ahí, gritos, acusaciones y la llamada al 092. «Por la emisora interna el aviso ha sido de 'robo en ese bar', por lo que hemos ido todas las patrullas disponibles a esas horas», deslizan agentes participantes en la actuación. Pero más que una acción puntual, todo apunta a sustracciones mantenidas a lo largo de los últimos meses.

La primera estimación esbozada por la Guardia urbana cifró en «alrededor de 180.000 euros» la cantidad birlada. La detenida lleva varios años empleada en este potente local hostelero, con un comedor que suele llenarse varios días de la semana y una barra siempre rebosante de clientela de las empresas colindantes.

En un primer momento, la sospechosa tan sólo admitió haber sisado una pequeña cantidad de dinero. Poco a poco, tras entrevistarse con agentes locales, fue subiendo la dimensión de su actividad delictiva hasta alcanzar las seis cifras.

Un aviso de Hacienda sobre la facturación inusualmente alta de esta sociedad hostelera, unido al descuadre de las cajas puso en sobreaviso a los responsables. La pregunta que se hacían ayer tanto en este negocio como en Aguirrelanda es cómo logró extraer tanto dinero. Se cree que inició el saqueo hace «bastantes meses». Como mínimo, desde principios de este 2024. Aunque otras fuentes amplían el periodo delictivo a «un año».

El caso es que, como ella admitió a los investigadores de la Guardia urbana, «cada semana» iba robando dinero de facturas importantes. Su 'modus operandi', ahora bajo la lupa policial, habría consistido en que «ticaba con el datáfono y luego en la registradora electrónica pulsaba error, para añadir a continuación la cantidad extra que quería y que luego se quedaba», detallan medios de la investigación. Otras veces, «pulsaba más cantidad y la maquina le devolvía más dinero del que debía entregar y que se iba quedando». Esta primera declaración, sin embargo, carecerá de validez legal hasta que no la ratifique en el juzgado de guardia.

Parroquianos habituales asistieron con incredulidad a la intervención policial, que se extendió al registro del piso de la sospechosa. «Sí es verdad que tenía un nivel de vida muy alto para ser camarera. Siempre llevaba bolsos buenos. Bueno, quizá eran falsificaciones, que uno ya no distingue», compartió un cliente.