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david gonzález
Miércoles, 8 de enero 2020, 01:39
La noche del jueves al viernes, uniformados de la Ertzaintza se presentaron en la casa de un vecino de Nanclares de la Oca, sospechoso de huir después de provocar un accidente leve en una intersección de esta localidad alavesa de 3.500 habitantes. Ese ... hombre, al que los agentes acabarían sometiendo a la prueba del etilómetro, saldadas con unas mediciones de 0,65 y 0,62 miligramos de alcohol por litro de aire espirado, era el alcalde, el socialista Javier Martínez.
Preguntado por este periódico, el político asume la responsabilidad de la colisión, leve y que no causó heridos, pero niega de manera tajante haberse fugado y conducir ebrio, como se comunicó en un principio a la Policía autonómica. «A las 21.45 horas iba para casa tras cortarme el pelo en Vitoria. Solo me había bebido una cerveza antes. El barrio estaba a oscuras por un problema de iluminación, me despisté, me salté un ceda el paso y nos dimos el golpe. Justo a 50 metros de casa», relata vía telefónica.
Al ser la víctima también vecino de la misma calle, describe Martínez, aparcaron frente a sus respectivos domicilios. Debido a esa oscuridad, «a que hacía un frío de la leche» y al «nerviosismo» del otro implicado, Martínez propuso dejar el papeleo «para la mañana siguiente».
Según ha sabido este periódico, esa noche se recibieron un par de llamadas en el 112. Era la víctima, un joven que efectivamente vive en la misma calle que el alcalde. Este comunicante presuntamente contó en un primer momento cómo le embistió otro vehículo, que no respetó un ceda el paso y que se marchó de allí. Demandó presencia policial. Al cabo de un rato, esta misma persona llamó de nuevo al teléfono de emergencias del Gobierno vasco. Repitió la exigencia e incluso indicó el lugar exacto donde se hallaba el automóvil supuestamente responsable del golpe de chapa. Estaba estacionado enfrente del chalé de Martínez.
A partir de aquí, las versiones vuelven a diferir. El primer edil fue conminado a soplar por los agentes. Los registros subieron a 0,65 y 0,62, más del doble del límite legal. A pesar de ello, solo le abrieron expediente administrativo por el accidente de tráfico. En este punto, Martínez alega que esa doble prueba se produjo «a las 12.15 horas de la madrugada y a la una», cuando ya había cenado en su casa. «Aparte de comer, me tomé unas cervezas y un poco de vino que había sobrado del día 1. Salí en pijama tranquilamente y ahí me dijeron que tenía que soplar. Y yo les dije que '¿cómo voy a soplar si han pasado dos horas y pico?'».
Residen en la misma calle. El hombre contra el que chocó llamó 2 veces al 112 y contó que el regidor se había refugiado en su chalé.
El caso es que accedió y se sometió a esta prueba. «En el momento del accidente no había bebido y luego en la cena, sí», aclara Martínez, al frente del consistorio de Nanclares desde 2004. Anuncia que recurrirá las multas recibidas.
No se trata del primer alcalde alavés con problemas al volante. En agosto de 2016, Jesús Berganza (PNV), aún al frente de Ribera Alta, fue multado por no hacer caso a las indicaciones de ertzainas tras insultar a bomberos en un incendio forestal. En 2014, un juzgado retiró el el carné al entonces regidor de Ribera Baja, Pedro Montoya (PSE), por negarse a someterse a un control.
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