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La actriz Patricia López Arnaiz es la protagonista de 'Ane', drama familiar ambientado en el País Vasco. TAMARA ARRANZ
«Estar nominada ya es el premio, no pienso en términos de competencia con las demás»
Patricia López Arnaiz | Actriz

«Estar nominada ya es el premio, no pienso en términos de competencia con las demás»

Nominada a mejor actriz en los galardones Forqué y Feroz por 'Ane', la intérprete vive un gran momento. «Hasta hace tres años no me veía como actriz en cine»

Miércoles, 16 de diciembre 2020, 00:16

Es una de las intérpretes más solicitadas de la ficción española. Con su papel protagonista en la película 'Ane' ha entrado como candidata a dos de los premios cinematográficos más importantes, los Forqué y los Feroz. La sorpresa sería que no apareciera también en la lista de nominadas al Goya a mejor actriz. «Sería muy fuerte. La de veces que hemos bromeado entre amigos y me han dicho: a ver cuando te dan el Goya. No sé qué va a pasar. Es todo muy extraño…», dice la actriz Patricia López Arnaiz (Vitoria, 1981) con una naturalidad arrolladora. Deslumbró hace dos años con 'La Peste', serie en la que daba vida a una artista inspirada en Artemisia Gentileschi. Fue entonces cuando dejó su trabajo como monitora en un colegio y las labores de producción en la sala de conciertos Hell Dorado. En plena pandemia, su nombre no deja de repetirse como una de las favoritas para arrasar en las galas nacionales. «Es una alegría y es excitante. Pero no soy capaz de formular con las palabras precisas lo que siento».

– Tanto en los premios Forqué y Feroz compite con Andrea Fandos ('Las niñas'), Candela Peña ('La boda de Rosa') y Kiti Mánver ('El inconveniente'). ¿Se ve como favorita?

– Como decía Ana Wagner, estar nominada ya es el premio. No pienso en términos de competencia. Ahora estoy centrada en otro trabajo y está en un segundo plano. Sí que me hace feliz y se vive con emoción. Estamos ahí todas y hay un trofeo que da visibilidad, pero todo es subjetivo, no es una carrera de cien metros lisos.

– ¿Ha pensado en su reacción si recibe el premio?

– Me pongo en la situación de estar en un sitio con una gran exposición, en el que me dicen que gano y me da yuyu. Estas nominaciones son algo nuevo para mí. Estoy muy contenta con la película y con la nominación al guion de David Pérez Sañudo y Marina Parés al Feroz.

– Es una actriz inquieta que no se limita al papel. Amenábar aceptó que le imprimiera más carácter al personaje de hija de Unamuno en 'Mientras dure la guerra'. ¿Qué aportó al debut de Pérez Sañudo con el papel de esa madre tan particular de 'Ane'?

– En la medida en que te lo permiten ese es nuestro trabajo. Al principio, dependiendo de cómo es tu carácter te sientes insegura y más servicial. Con cada director hay un trabajo muy distinto. Lo bonito y lo que realmente se valora de mi papel como Lide, en 'Ane', es que es un personaje muy comprendido y aprehendido, con h. El reparto hicimos ensayos e improvisaciones con Jone Laspiur (Ane, la hija en la ficción) y Mikel Losada (Fernando, exmarido). Eso hacía que la película se contara desde un sitio verdadero.

– Ha sido su primer rodaje en Vitoria. La sala Hell Dorado, donde trabajó en labores de producción, fue el punto de encuentro un día. ¿Fue como reencontrarse con su anterior vida?

– Fue chulo. Es verdad que ha habido una revolución en mi vida en los dos últimos años. También rodamos en Arana, debajo de la calle Extremadura, donde yo había trabajado como camarera en el bar Pura Vida. Se encontraban esas dos vidas, esos dos mundos, como dices. Me sienta bien volver a casa para no estar con el estímulo constante de esta profesión que consume muchas horas.

– Sigue viviendo en un pequeño pueblo de Álava. ¿Se ha planteado mudarse a Madrid?

– No mientras sea posible. Creo que es factible. Madrid es el centro neurálgico, pero los rodajes hoy día se llevan a cabo en diferentes ciudades. Es verdad que me supone cierta incomodidad tener que desplazarme para hacer una prueba de vestuario, por ejemplo. Pero hace tiempo que di el paso a irme a vivir al campo y es mi refugio.

– ¿Cómo vive esa parte que tiene menos que ver con los rodajes? La idea del glamur, las ceremonias, la promoción...

– Ha sido una carrera de descubrimiento. En la escuela aprendes interpretación, pero todo lo que rodea a la actuación lo descubres trabajando. Hay cosas que cuestan más y tienes que decidir cómo me tengo que posicionar, tienes que buscar un lugar para sentirte tu misma en unos escenarios nuevos. Es una cuestión de carácter. Yo ahora necesito conocer el escenario en el que se hacen las galas, las presentaciones y preguntar de qué trata el acto porque ha habido situaciones en las que me he sentido violentada.

– ¿En qué sentido?

– En el sentido de sentirme un mono de feria. Recuerdo que en un evento, tras un photocall, me encontré con dos hileras de personas bailando como locas en un pasillo y que me miraban. Es un ejemplo extremo, pero me preguntaba por qué tenía que hacer eso y bailar. Ha habido momentos en los que sentía que me quería ir. Pero al mismo tiempo, estas cosas cada vez fortalecen más tu anclaje y me siento con más derecho de pedir información.

– Tampoco tiene redes sociales. Hay algunos castings en los que exigen un un determinado número de seguidores.

– Me supondría mucho esfuerzo hacerlo y sería una preocupación más. Entiendo que dependiendo de qué tipo de películas van a buscar a gente popular. Pero no me interesa. Creo que tiene que ver con el tipo de trabajo que quieres hacer. No he sentido la necesidad, me han hablado mucho de que me conviene... de momento no lo necesito.

– Hace diez años debutó en la gran pantalla con '80 días', de José Mari Goenaga y Jon Garaño ('Handia'). ¿Entonces tenía claro que quería ser actriz?

– Para nada. Hasta hace tres o cuatro años no me veía. Cada vez que les veo me provocan ternura, son majísimos. Yo no me había puesto nunca delante de una cámara y sentía que el medio me podía. Aquel trabajo fue porque mi representante, que me conoció y se interesó en mí cuando hacía teatro en Ortzai, me propuso un personaje que me puso los dientes largos. En ese momento sabía que me gustaba el teatro, pero tenía la mirada ingenua y lo dilataba porque pensaba que al hacer cine, la gente me iba a reconocer por la calle... En el audiovisual he descubierto también una pasión.

– Comenzó en el teatro a los 25 años en la escuela Ortzai, de la calle Pintorería. Pero en los últimos años no ha hecho teatro.

– Ha habido algún acercamiento y un par de propuestas. Me encantaría volver a actuar en teatro. Cuando no le había cogido el gusto al audiovisual, pensaba que hacer series era una vía para que me salieran oportunidades en el teatro. En el audiovisual he descubierto ahora también una pasión. Una de las propuestas coincidió con un rodaje. Es algo que tengo pendiente.

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